La etica prostestan capitulo 3
Ahora bien, si el sentido literal es nuevo, también es nueva la idea: fruto de la Reforma. En tiempos del medievo no surgieron las dudas, así corno tampoco las hubo en la antigüedad (en el helenismo de la última etapa) para esa estimación del trabajo diario en el mundo, que llevaen sí la idea de profesión —a lo cual habremos de referirnos más adelante.
En cualquier caso, lo nuevo, de manera absoluta, era que el contenido más honroso del propio comportamiento moral consistía, precisamente, en la conciencia del deber en el desempeño de la labor profesional en el mundo. Esa era la ineludible secuela del sacro sentido, por así decir, del trabajo y de lo quederivó en el concepto ético-religioso de profesión: concepto que traduce el dogma extendido a todos los credos protestantes, opuesto a la interpretación que la ética del catolicismo divulgaba de las normas evangélicas en praecepta y consilia y que como única manera de regirse en la vida que satisfaga a Dios acepta no la superación de la moralidad terrena por la mediación del ascetismo monacal, sino,ciertamente, la observación en el mundo de los deberes que a cada quien obliga la posición que tiene en la vida, y que por ende viene a convertirse para él en ‘profesión”.
Esta idea se va desarrollando en el ánimo de Lutero mientras corre el primer decenio de su labor reformadora. (4) En los comienzos, apartado completamente de la tradición medieval conforme la representaba SantoTomás de Aquino, (5) por ejemplo, consideraba que el trabajo en el mundo, no obstante por voluntad de Dios, es propio del orden de la materia, siendo la base natural requerida de la vida religiosa, incapaz de una valoración ética, como el hecho de comer o beber.(6) Pero, al paso que se fue afianzando en la idea de la sola fides, con todos sus resultados, y que la oposición a los “consejosevangélicos” del catolicismo monacal, “dictados por el diablo”, fue acrecentándose, la idea de “profesión” fijó con más precisión su fisonomía e hizo valer totalmente su significado. De acuerdo con Lutero, es ciertamente claro que a la vida monacal, además de faltarle valor para justificarse ante Dios, la sujeta un desamor egoísta que la desobliga del cumplimiento de los deberes en su paso por el mundo....
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