la evaluación

El profesor como evaluador

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Capítulo 7
El Profesor como Evaluador

"A lo largo de todo el proceso educativo, hay que exigir.
Racionalmente, pero hay que exigir.
Cuanto más, mejor.
Para que las gentes den de sí todo lo que pueden,
hay que pedirles más de lo que pueden.
Y a veces aun este 'más' lo alcanzan"
(Machado, 1975, pp. 25–26).

Con una experiencia de más de 20 años en ladocencia, un profesor universitario
concluye un curso más de su carrera. Es tiempo de que autoevalúe su desempeño en el curso:
sus aciertos y fallas como profesor. Habiendo terminado el semestre, la institución educativa
en la que trabaja le envía los resultados de una encuesta que se aplica a los alumnos, para que
éstos evalúen a sus profesores. Los resultados de la encuesta son una especie de"termómetro"
de qué tan bien atendidos se han sentido los alumnos por sus profesores. Al revisar los
resultados, el profesor en cuestión se siente aliviado. No es que se trate de un mal profesor.
Normalmente, la mayoría de los comentarios de sus alumnos le son muy favorables. Sin
embargo, al entrar al detalle de aquellos puntos en dónde salió más bajo en opinión de sus
alumnos, observa queel tema de evaluación es su lado débil. No es la primera vez y esto no es
una sorpresa para dicho profesor. Por lo general, los alumnos le cuestionan su forma de
evaluar y, habiendo recibido varias quejas de los alumnos a lo largo del semestre, sabía que su
opinión tampoco sería muy favorable en esta ocasión. Hasta cierto punto, el profesor explica
estos resultados por el relativamente altonivel de exigencia que él quiere mantener en sus
cursos. Sin embargo, en el fondo, no le convence mucho la idea de que un profesor exigente
no pueda salir bien evaluado por sus alumnos en todas las dimensiones de su ejercicio docente.
¿No es posible ser exigente y, al mismo tiempo, lograr que sus alumnos aprecien que su forma
de evaluar es justa y pertinente?

El profesor como evaluador

2La anécdota anterior no es ficticia; proviene de la experiencia personal de quien esto
escribe. El autor piensa que, si ha de compartir sus ideas sobre un tema, es importante que sus
lectores sepan desde qué perspectiva lo hace. Por ello, el autor no pretende ocultar a nadie una
de tantas "debilidades" que tiene como profesor. Y, también por ello, resulta hasta cierto punto
paradójico quealguien que adolece de estas fallas esté escribiendo un capítulo sobre
evaluación del aprendizaje. Precisamente porque este tema ha sido una de sus preocupaciones
continuas, es por lo que quiere compartir un conjunto de reflexiones acerca de lo que la
evaluación del aprendizaje implica.
El proceso de evaluación es parte sustancial de la experiencia de aprendizaje de los
alumnos, pero también delos profesores. Simplemente, para entender lo que esto significa,
piense el lector en el número de exámenes que ha tomado en su vida. Si el lector es un
profesor en ejercicio, es porque ha estudiado al menos 17 años desde la escuela primaria hasta
terminar su carrera. A una razón de seis materias por semestre, y a un promedio de cinco
exámenes por materia y por semestre, lo anterior implicaalrededor de 1,020 exámenes que el
lector ha tenido que presentar, y esto sin considerar evaluaciones de participaciones en clases
o trabajos entregados. Sin duda, la forma en que cada profesor ha vivido su propia vida de
estudiante, y la forma en que cada profesor ha enfrentado más de mil experiencias de
evaluación de su propio aprendizaje, todo ello influye en la forma en que ahora, al frentede un
grupo, aborda la evaluación del aprendizaje de sus propios alumnos.
Al hablar del profesor como evaluador, se está hablando de una faceta en la que el
profesor ejerce una función de fiscal, de abogado defensor, de jurado, de juez y de ejecutor de
decisiones acerca del desempeño de los alumnos. Esta tarea es compleja. Sin embargo, este
capítulo no pretende resumir, en pocas páginas,...