La Ezperanza de un Río

“LA ESPERANZA DE UN RÍO”
Gabriel estaba sentado en una roca de la orilla; bostezaba aburrido ante una pesca escasa. La verdad este no era un deporte muy adecuado para sus trece años. Se estaba haciendo tarde y tenía que volver a casa de repente notó un fuerte tirón de la caña.
-Ahora sí que he pescado algo grande. Esta vez no se me escapa-Dijo Gabriel
Clavó la caña confuerza entre dos piedras y rápidamente cogió una red para sacar la trucha que debía de estar enganchada en el anzuelo. Tiró con mucho cuidado, pero cuando la pieza apareció debajo del agua, se llevó una desagradable sorpresa.
- ¡Qué asco! Ya ni siquiera se puede pescar en este río- dijo enfadado. Se indignó tanto que empezó a recoger todos los útiles de pescar.
-¡Ya está bien! No pienso perder más mitiempo con la dichosa manía de mi madre: “Gabriel ve a pescar, seguro que te distraes”. Yo no vuelvo más por aquí, cada vez hay más basura en el río, no me explico cómo la gente no cuida lo más importante que tenemos, mira que el sitio de tirar un zapato ¡es indignante!-Dijo Gabriel Gabriel era un chico muy consciente con los problemasambientales. Muchas veces pensaba que cuando fuera mayor iba a defender los derechos de la Tierra. Mientras guardaba todo. Escuchó que alguien lo llamaba .Miró por todos lados pero no vio a nadie. -¡Eh, Gabriel!- Esta vez estabaseguro, lo había vuelto a oír pero…- ¿de dónde salía la voz?- Dijo Gabriel
-Aquí, soy yo -Dijo la voz que escuchaba Gabriel.
-¿Quién anda ahí? -preguntó asustado sin encontrar a la persona que le estaba hablando-Dijo Gabriel-Estará escondido detrás de los árboles- pensó Gabriel.
-¡Que salga quien sea! –dijo Gabriel.
-Aquí, soy yo, el río, ¿es que no me ves? .Has estado pescando toda la tarde en mis aguas; bueno, más bien intentándolo-
El chico pensó que estaba sufriendo alucinaciones y claro pensó que era porque no había traídosu gorra y se lo tenía bien merecido ya que su mamá se lo repitió muchas veces. -Perdona, pero no lo estás soñando, te estoy hablando yo, el río en el que te bañabas hasta hace poco ¿Es que ya no te gustan mis aguas?- Gabriel seguía sorprendido, no sabía qué hacer pero, la voz era tan tranquilizadora, que se fue calmando yle dijo al río -Me gustaban antes cuando eran limpias pero, ahora, todo está contaminado -dijo con pena.
-Pero, yo no tengo la culpa; habéis sido los humanos los que me habéis maltratado ¿Tú crees que me gusta? Antes los peces relucían, ahora casi no se ven; mi agua baja muy turbia-Dijo el ríoGabriel volvió a mirar a todos lados, seguía sin creer que estaba hablando con un río.
-Te contaré mi historia y verás que mi deterioro se debe a las personas -Dijo el río
Gabriel escuchó en silencio; reconocía que el río tenía toda la razón.
-Bueno, yo sé que ese es tu nombre porque he oído a tu madre miles de veces pronunciarlo y no siempre le hacías caso. Necesitóque alguien me defienda, además haciéndolo, defenderás los derechos de todas las personas de tener agua limpia en sus ríos. Escúchame con atención: Hace muchísimo tiempo nací en medio de dos gigantescas montañas. En el cauce superior, yo corría más rápido entre las rocas. Cuando recorría el valle, lo hacía con tranquilidad, ahí me hacían cosquillas los peces con sus aletas y,...