La Fama
-¡Ese mi chente!, ¿qué anda haciendo por aquí? -dijo Joan Sebastian.
-Pues lo mismo que tu, compadre, ahora si guardando silencio -dijo el Charro de Huentitán
-No me digas que tambiénte trajiste al Potrillo -dijo con una carcajada Joan Sebastian.
-¡No'mbre!... ¡Qué va!... A ese todavía le queda cuerda, ¿y tu hijo?
Joan Sebastian hizo un silencio, luego una mueca de dolor.-Discúlpame, viejo, no me acordaba -dijo Chente- pero qué bueno que se reencontraron ¿no?. Vamos a echarnos un tequilita... O no. Mejor una cervecita americana, ya vez que, finalmente, estoscerveceros me patrocinaron.
Joan se empezó a reír.
Los Nadies que en ese momento estaban conversando cerca, no prestaron mucha atención al diálogo de los cantantes.
Contrariados, los artistas sequedaron sorprendidos de que no les pidieran un autógrafo o se quisieran tomar una foto con ellos.
-¿Y a estos qué les pasa? -preguntó Chente- ¿no se darán cuenta que ahora si tenemos tiempo para darentrevistas, dialogar y convivir como cualquier otra persona?
-Ya es muy tarde, compadre. Aquí ya todos somos iguales -dijo Joan.
-Será usted, porque yo todavía tengo mi rancho, mis vacas, miestudio, mis tiendas... Nada más que ahora me las cuida el Potrillo.
-Tenía, compadre, tenía... Eso es tiempo pasado. Mejor siéntese y vamos a conversar.
-¡Ay, compadrito! Pero ¿de qué quiere queconversemos, si ya nos dijimos todo?.
En eso estaban, cuando a un lado pasó la calavera de Paquita la del Barrio.
-¡Inútiles! -les dijo- ¿me están oyendo?
-Esta Paquita nunca gozó de esa...
Regístrate para leer el documento completo.