La Familia En Roma Y En La Actualidad

Estimados colegas, reciban ustedes mis cordiales saludos. Estamos entrando en los tramos finales de este curso y quisiera aprovechar estas breves líneas para plantear - de una manera muy apretada por cierto-, algunas ideas en base a las lecturas que he realizado a sus apreciaciones y aportes en el campo de nuestra especialidad. ¿Por qué debemos educar en valores? Detrás de esta cuestión nose esconde sino la necesidad de orientación de la acción que caracteriza al obrar humano y que encuentro en el campo de la educación particularmente importante. Considero que la distinción entre ser y deber ser no vienen impuestos por la reflexión ética, sino que la reflexión ética intenta responder a esta escisión que es inherente a nuestra praxis social. Tales respuestas forman parte, como nosrecuerda Aranguren, de esa necesidad de ajustamiento, de iustus facere, de justificar nuestros actos, sin la cual perdería la conducta su sentido y razón de ser. Se trataría pues de justificar argumentativamente (apelando por cierto a buenas razones) la necesidad introducir en el quehacer educativo la dimensión normativa de los valores. Quisiera partir de la situación actual de la sociedad. Eldesarrollo tecnológico y su creciente complejidad han planteado nuevas exigencias en el campo de la educación y de la política. Hay quienes consideran que más vale trasmitir a los niños habilidades técnicas para que puedan defenderse en la vida y poder alcanzar así cierto nivel de bienestar material. Esto corre parejo con la habilidad de situarse bien en la sociedad, razón por la cual, el niñoaprende también ciertas aptitudes para tejer una trama de relaciones que le van a asegurar el ascenso social. En la sociedad como la nuestra, en que la lucha por la vida sólo permite la sobrevivencia de los técnica y socialmente más diestros, la pregunta es si vale la pena enseñar en valores. Considero particularmente que, si lo que queremos promocionar con la educación son sólo individuos técnicay socialmente diestros, que saben conducirse para lograr su bienestar; o personas autónomas y solidarias para alcanzar sus ideales de autorrealización. Para lograr el primero basta con destrezas, pero para conseguir el segundo, es necesaria una educación en valores morales. Si la educación esta condicionada por el carácter mismo de la sociedad, entonces, si queremos construir una sociedadauténticamente democrática, una tal sociedad a de necesitar de personas formadas en los valores de la autonomía y la solidaridad, y no de individuos técnica y socialmente diestros, porque como sabemos la razón instrumental es ciega para construir los valores sobre los que se afirman las instituciones democráticas. La educación moral ha de perseguir que las personas alcancen su autorrealización,plenitud o felicidad, siempre y cuando “mi modo de ser feliz” no interfiera con los proyectos de plenitud humana de los demás, entendidos como personas que tienen dignidad, y que por tanto son objeto de respeto y reconocimiento. Y aquí empieza la distinción entre felicidad y deber. Lo que me hace feliz no tiene por que hacer feliz a todos; el deber moral es, por el contrario, lo que todosdeberían cumplir. ¿Es posible conciliar los máximos morales de felicidad con los mínimos morales de justicia en la sociedad plural como la nuestra? El profesor Dennis Echegaray comentando el documento de Emilio Martínez Navarro titulado: La ética cívica como núcleo de la educación moral, que escribe lo siguiente: “Si nos preguntamos qué condiciones podrían hacer viable una situación social deconvivencia pacífica y de cooperación leal y perdurable en una sociedad formada por grupos ideológicos heterogéneos y en gran medida rivales, la respuesta obvia es que tal convivencia sólo es posible si todos los grupos aceptan de buen grado ciertos valores y principios”. Señala lo siguiente:
“Esta referencia parece delinear los horizontes a partir de los cuales se estructura una sociedad...