La Felicidad Aristot Lica Pasado Y Presente
LA FELICIDAD ARISTOTÉLICA:
PASADO y PRESENTE*
Osear Godoy Areaya
A fin de responder a la cuestión de la actualidad del concepto aristotélico
de felicidad, el autor propone tomar como punto de partida el análisis
que hace el filósofo griego acerca de sus condiciones externas o
posibilitantes. Estos es, el análisis de' la pólis como una comunidad
autosuficiente para darles a losindividuos los medios para alcanzar la
felicidad. Una vez esclarecido este tema, el autor entra directamente en
la noción de felicidad como perfección de la vida propia y estrictamente humana, que es la vida según la razón. Así, la felicidad, determinada
esencialmente como una continuidad y una sucesión de actos felices, es
lo que sitúa y da sentido al placer, la riqueza, el poder, etc.
Frente a losparadigmas de los regímenes de felicidad colectiva, surgidos y en decadencia en el presente siglo, la felicidad aristotélica
-concluye Oscar Godoy- nos invita a volver a nosotros mismos, en
un giro hacia la interioridad, la libertad y la autonomía del espíritu
humano.
OSCAR GODOY ARCAYA. Doctor en Filosofía. Universidad Complutense de
Madrid. Profesor Titular de Teoría Política y Director delInstituto de Ciencia Política
de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Miembro de Número de la Academia
de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Consejero del Centro
de Estudios Públicos.
* Conferencia pronunciada en el ciclo "De la felicidad", organizado por el
Centro de Estudios Públicos el segundo 'semestre de 1992.
Estudios Públicos, 57 (verano 1995).
282ESTUDIOS PÚBLICOS
El problema de la felicidad
TodOS
aspiramos a ser felices. Esta afmnación parece ser tan irrefutable como su negación: nadie aspira a ser infeliz. El problema consiste en la
dificultad para saber y definir qué es la felicidad. A veces pensamos que ser
feliz es poseer ciertas cosas, tales o cuales bienes materiales, pues sin ellos nos
parece que la vida no es completa. En otrasocasiones, suponemos que la
felicidad es gozar de este o aquel placer y lo buscamos con encarnizamiento y
tenacidad. En uno u otro, caso, nos deja insatisfechos y frustrados no conseguir
lo que queremos, y nos consideramos infelices. También el deseo de amar a
alguien, y ser correspondido, nos produce la impresión de felicidad. Creemos
que en el amor realizado encontramos la felicidad, pues sin ese amornuestra
vida perdería su sentido.
De este modo, la felicidad podría consistir en la posesión de bienes
materiales, ojalá ilimitada, en cuyo caso solamente el rico sería feliz. Quizás,
como alternativa, la felicidad se encontraría en la vida del político, o del
hombre público, cargado de poder, gloria y honores y los bienes que le son
anexos. Una tercera posibilidad es que ella no sea otra cosaque nuestra
instalación en una continuidad ininterrumpida de placeres, como lo pretende'el
hedonista. Sin embargo, sabemos que el rico, el hombre público y el hedonista
no son siempre felices.
Parece que aquello que mejor se aproxima a nuestra intuición primaria
sobre la felicidad se encuentra en la imagen del amor. El amor, en primer
término, recoge en sí mismo· algo que también percibimos en laposesión de
bienes, en el poder y en el placer, que es el hecho de que ellos se nos presentan
como bienes, como deseables. Nadie busca el mal, algo malo; solamente
deseamos el bien y cuando buscamos el mal, lo hacemos generalmente sin
saberlo, oculto bajo un aspecto o símil de bien. Pero, además, el amor incluye
el placer, como una dimensión que lo acompaña.
Cuando amamos, moral y corporalmente, elplacer puede alcanzar su
máxima intensidad. Y, por último, hay que agregar que el amor es más o va
más allá del placer. Y ese "más allá" es algo que todos conocemos. Consiste en
querer sostenidamente el bien de la persona que amamos, por ella misma, y no
solamente nuestro propio bien, aun cuando ello nos resulte doloroso. Es sabido
que el amor, por otra parte, no busca ni necesita la riqueza, y...
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