La felicidad en San Agustín

LA FELICIDAD
San Agustín considera al hombre compendio de la creación. (De div. Quaest 67.5) (P. 176) Toda la obra de Dios que podemos admirar en la naturaleza nos refleja su carácter omnipotente y devela para nosotros su gran amor, pero sobre todo una necesidad de compartir todo lo que Él es. Dios no permanece mudo e invisible, al contrario se revela cada día a él para que encuentre sucamino. “Pues lo que de Dios se puede conocer, está en ellos manifiesto: Dios se lo manifestó. Porque lo invisible de Dios, desde la creación del mundo, se deja ver a la inteligencia a través de sus obras” (Rom. 1, 19-20).
La urgente necesidad del hombre por asombrarse de lo que le rodea, de maravillarse al contemplar toda esta obra y de como él se convierte también en un instrumento de esa graciadivina que lo modela todo, dejándose seducir por el encanto, la armonía y belleza que capta de ella, es a la vez una ávida ansia de comprender toda esta sabiduría y encontrar una explicación lógica del porqué de esta obra, su puesto en el mundo, su relación con otros seres, también con los animales y las cosas. Es la lucha infatigable de siglos de historia humana y como marcan todas estascosmogonías la aventura cotidiana del hombre y sus relaciones.
Esta obligación del hombre por comprender su entorno, de apropiarse de él; de ejercer su señorío, es la causa de muchas reflexiones, que al final de todo este proceso; el propósito fundamental al que llega, es el de encontrarse aquí y ahora viviendo y siendo interpelado por todos estos hechos que suceden y necesitan una explicaciónque satisfaga su razón.
En el hecho diario de enfrentarse con el mundo, adquiere la conciencia de un puesto privilegiado en la creación, además de una necesidad interior interminable de buscar un sentido, que va mucho más allá de cuestiones relativas a su entorno para tratar de comprenderlo. Porque compunja sobre él algo que es mayor y mucho más radical que un mero conocimiento, es la apuestapor el deseo más profundo; ser feliz y perfecto.
Cada ser humano está abierto a la verdad del entorno (conocimiento objetivo) y atraído por el bien que favorece su pleno desarrollo, que es en realidad su imperiosa urgencia para sentirse pleno y encontrar el sentido de su vida. Pero “Las realidades creadas, aunque hermosas, no pueden satisfacer su anhelo de paz y estabilidad” (OROZ, 2010,pág. 175) Por ello el imperativo de encontrar una lógica aunque consiente o no de ella, que le permita superar este deseo por lo material y efímero, para que en el momento de su posesión le trasmita un mayor bienestar que estas cosas mundanas y sea trasportado o elevándolo cada vez que se involucra en este proceso en un nivel absoluto y divino; que aunque incomprensible, siente que da satisfaccióna sus anhelos trascendentales. “La fe en la creación del mundo por un Dios infinitamente feliz, que lo hizo por amor y puso en él al hombre para que viviera dichoso.”(Ibid. Pág. 174).
El hombre está sumergido en la corriente cíclica del devenir cambiante, tratando de afirmar su ser, confrontándose a los embates propios de una realidad que niega a Dios y su más fino hilo de voluntad liberadora,que se reducen a un montón de palabrerías que no cobran algún sentido; pero sólo para quién se abre desde su capacidad racional a la innegable evidencia de que en él no se halla el absoluto, y que continuamente se está transformando su vida, dependiendo de las necesidades que el contexto social proporciona, determinando ella cual es el mejor modelo de felicidad, sin el menor proceso reflexivo quebusque lo mejor para el hombre, lo que hace es que se alejan sin duda del hecho de alcanzar la Verdad absoluta y trascendente que lleve al pleno desarrollo del ser.
Esta misma sociedad que reflexiona a partir de una ética de hacer el bien y evitar el mal determinada por una pragmaticidad económica, en el cual su único objetivo es un supuesto perfeccionamiento y evolución de la especie, que...