La fiebre minera
Colombia
Por María Teresa Ronderos
INVESTIGACIÓNAllí, donde el suelo promete riqueza, los ánimos
despiertan la ambición y los viejos conflictos se exacerban. Una
investigación de María Teresa Ronderos, asesora editorial de
Semana, para el Centro de Investigación Periodística Ciper.
Foto: Archivo Semana
Las más grandes multinacionales del sector ya están enColombia, empujadas por la
feroz alza en los precios del carbón y del oro. La inversión extranjera también ha dado
un salto, llegando a US$ 11.900 millones para el último quinquenio. Se estima que las
exportaciones alcanzarán los US$ 54 mil mill
ones en 2021.
Esta fiebre minera llevó al gobierno anterior a otorgar casi 9.000 títulos sin respetar
parques nacionales ni reservas indígenas. El crimenorganizado también encontró allí
una vía para repatriar sus utilidades de la droga y lavar dinero. Si Colombia aprovecha
la bonanza que se inicia, puede saltar al desarrollo. Pero no será tarea fácil.
La fiebre minera llegó a Colombia. Si bien desde los tiempos de la Conquista, las
esmeraldas de Muso y de Coscuez han deslumbrado al mundo, el auge de hoy es
inédito. (Vea aquí el multimedia que señala alos mayores dueños de propiedad minera
en Colombia).
Los precios de sus principales minerales, carbón, níquel y oro, se han trepado al cielo.
Exploradores de toda índole y tamaño llegaron por miles a escarbar sus entrañas. Allí
donde el suelo promete riqueza súbita, los ánimos febriles despiertan la ambición, y los
viejos conflictos y violencias se exacerban.
Paradójicamente fue la mejoría enseguridad lo que hizo que el mundo descubriera a
Colombia como un interesante destino minero aún por explorar. Los precios subieron:
de US$ 90 por tonelada de carbón antracita en 2004, ahora pagan casi US$160, y por
una onza troy de oro, dieron en promedio más de US$1.200 en 2010, tres veces el
precio de un lustro atrás. Pero por atractivo que pudiera resultar este prometedor
territorio andino, haceuna década pocos se animaban a invertir en un país donde
secuestraban a diez personas en promedio al día. La cifra cayó dramáticamente desde
2005, cuando el gobierno de Álvaro Uribe puso a la guerrilla en retirada.
La combinación de mejores precios y menores riesgos resultó en una avalancha de
peticiones de concesiones mineras legales que puso en aprietos el limitado catastro
minero nacional.Aprovechando además una legislación flexible que se había aprobado
en 2001, particulares y empresas pidieron títulos para 20 mil concesiones de
exploración y explotación de minas –un título sirve para las dos –que cubren 22
millones de hectáreas de los 114 millones que tiene el país. Y el gobierno anterior les
otorgó casi 9.000 títulos, sin respetar páramos (el ecosistema de alturas que produce
granparte del agua colombiana), ni parques nacionales, ni resguardos indígenas, ni
territorios colectivos afrodescendientes.
Con los precios en alza, los grandes proyectos mineros, que habían empezado a producir
desde los años 80 y 90, también florecieron. El Cerrejón, una de las minas a cielo
abierto más grandes del mundo en el extremo nororiente en la Guajira, explotada por
una sociedad de lasmultinacionales europeas Xstrata plc, BHP Billiton y Anglo
American, vendió en 2010, casi US$2.500 millones en carbón. Y cerca de allí,
explotando una franja en el centro del Cesar, dos carboneras con varias minas, la
estadounidense Drummond y la suiza Glencore, vendieron respectivamente, US$2.000
y US$340 millones. El proyecto de Cerro Matoso, de la gigante anglo-australiana BHP
Billinton, alnoroccidente, en Córdoba, tuvo ventas el año pasado por US$556 millones
en ferroníquel, la preciada aleación con la que se fabrica el acero inoxidable. (Vea la
tabla con las 10 mineras más grandes de Colombia).
Otros proyectos de considerable tamaño empezaron más recientemente su producción
industrial. La brasilera Vale Coal S.A. está explotando carbón también en el Cesar y
otra minera de ese país,...
Regístrate para leer el documento completo.