La filosofía y el barro de la historia Del sujeto cartesiano al sujeto absoluto comunicacional.Jose Pablo Feimann

Páginas: 33 (8179 palabras) Publicado: 3 de septiembre de 2014
José Pablo Feinmann

La filosofía y el barro
de la historia
Del sujeto cartesiano al sujeto absoluto
comunicacional

Prólogo de: Franco Volpi

p

Feinmann, José Pablo
La filosofía y el barro de la historia.- 1ª ed. – Buenos Aires : Planeta, 2008.
816 p. ; 23x15 cm.
ISBN 978-950-49-1969-8

Prólogo
por Franco Volpi

1. Filosofía I. Título
CDD 190

Diseño de cubierta:Departamento de Arte de Editorial Planeta
Diseño de interior: Orestes Pantelides

© 2008, José Pablo Feinmann
c/o Literarische Agentur Dr. Ray-Güde Mertin Inh.
Nicole Witt e. K., Frankfurt am Main, Germany

Derechos exclusivos de edición en castellano
reservados para países de habla hipana de Latinoamérica:
© 2008, Grupo Editorial Planeta S.A.I.C.
Independencia 1668, C 1100 ABQ, Buenos Aires,Argentina
www.editorialplaneta.com.ar
1ª edición: octubre de 2008
ISBN 978-950-49-1969-8
Impreso en Printing Books S.A.,
Mario Bravo 835, Avellaneda,
en el mes de septiembre de 2008.
Hecho el depósito que prevé la ley 11.723
Impreso en la Argentina

Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de cubierta, puede ser reproducida, almacenada
o transmitida en manera alguna ni porningún medio, ya sea eléctrico, químico, mecánico, óptico,
de grabación o de fotocopia, sin el previo permiso escrito del editor.

La filosofía es un escándalo: el escándalo de la condición humana.
Pues, por un lado, es una especial automodificación de la vida que pretende orientar la vida misma hacia su forma lograda, hacia la felicidad.
Por otro lado, debido a su concentración en las cosasúltimas, la filosofía nos aleja del mundo de la práctica, nos desvía de la vida concreta, de
sus problemas, ocupaciones y quehaceres. Desde Tales, que, absorto en
la contemplación de las estrellas, cayó en un pozo y acabó puesto en ridículo por una joven tracia, hasta Husserl, Heidegger o Wittgenstein,
torpes e incapaces en la simple normalidad, la historia de la filosofía
abunda de ejemplos yanécdotas que documentan la aparente inutilidad
de la filosofía para la vida.
En una novela inacabada, un gran filósofo y escritor del siglo XIX
nos ha descrito con suma eficacia la situación paradójica del filósofo que
se fija y vive en sus pensamientos, volviéndose extraño al mundo real.
Érase una vez un joven ––nos cuenta nuestro admirable filósofo-escritor–– que parecía estar enfermo deamor. Pero todos los que creían
que estaba enamorado de una mujer se engañaban. En verdad, se había
enamorado de algo por completo diferente: amaba la filosofía, concebida no como un ocio o como una disciplina entre otras, sino como profunda pasión, como forma de vida que quisiera elegir y abrazar. «Si su
frente pensativa se inclinaba como una espiga madura, no era porque
escuchara la voz de suamada, sino porque escuchaba el murmullo secreto de sus pensamientos. Si su mirada se volvía soñadora, no era porque codiciara la imagen de su dama, sino porque el movimiento del pensar se le hacía visible.»
Esto le procuraba casi un orgasmo especulativo: «Le gustaba partir de un pensamiento particular, subir a partir de éste por la escala de
la implicación lógica, escalón tras escalón hasta lomás alto. Una vez alcanzado el pensamiento más alto, advertía una alegría indescriptible,
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un placer apasionado en precipitarse en caída libre en las mismas implicaciones lógicas hasta volver a encontrar el punto del que había partido».
Johannes Climacus ––tal su nombre–– se había enamorado de la filosofía desde su infancia. La filosofía que los otros niños encontraban
en los encantamientosde los cuentos o de la poesía, él la encontró en la
persecución rigurosa del movimiento incansable de sus pensamientos.
De esta manera, de movimiento en movimiento, de abstracción en abstracción, terminó por perder contacto con la realidad y volverse extraño al mundo.
Un día fatal fue a dar en esta proposición: de omnibus dubitandum
est, «hay que dudar de todo». Este principio habría de...
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