LA FRANJA AMARILLA
MATERIA: C. SOCIALES
GRADO: UNDECIMO
TEMA:
FECHA: JULIO – AGOSTO 2015
HISTORIA DE COLOMBIA
PROFESOR: RICARDO MALPICA G.
COLOMBIA: EL PROYECTO NACIONAL Y LA
FRANJA AMARILLA
Por William Ospina
William Ospina (Padua, Tolima, 1954), poeta, ensayista y traductor. Premio Nacional de
Poesía Colcultura, 1992. Ha publicado entre otros libros "Esos extraños prófugos de
Occidente" (Norma, 1994), "Un álgebra embrujada" (Norma, 1995) y "¿Con quién habla
Virginia caminando hacia el agua? (Norma, 1995).
Hace poco tiempo una querida amiga norteamericana me confesó su asombro por la
situación de Colombia. "No entiendo me decía, con el país que ustedes tienen, con el talento
de sus gentes, por qué se ve Colombia tan acorralada por la crisis social; por qué vive una
situación de violencia creciente tan dramática, por qué hay allí tanta injusticia, tanta
inequidad, tanta impunidad. ¿Cuál es la causa de todo eso?". Por un momento me dispuse a
intentar una respuesta, pero fueron tantas las cosas que se agolparon en mí que ni siquiera
supe cómo empezar. Sentí que aunque hablara sin interrupción la noche entera, no lograría
transmitirle del todo las explicaciones que continuamente me doy a mí mismo, tratando de
entender el complejo país al que pertenezco. Por otra parte, entendí que muchas de mis
explicaciones no le habrían gustado a mi amiga, o la habrían puesto en conflicto con su propia versión de la realidad.
Es frecuente para nosotros oír de labios generosos la deploración de esas desdichas y el
asombro ante nuestra incapacidad para resolverlas. El primer asunto es, pues, preguntarse si
de verdad la sociedad colombiana vive una situación excepcionalmente trágica, si es tan
distinta esta realidad de la del resto de los países, o al menos de los países del llamado tercer
mundo. Mi respuesta es que sí. Colombia es hoy el país con mayor índice de criminalidad en
el planeta, y la inseguridad va convirtiendo sus calles en tierra de nadie. Tiene a la mitad de
su población en condiciones de extrema pobreza, y presenta al mismo tiempo en su clase
dirigente unos niveles de opulencia difíciles de exagerar. Muestra uno de los cuadros de
ineficiencia estatal más inquietantes del continente, al lado de buenos índices de crecimiento
económico. Muestra fuertes niveles impositivos y altísimos niveles de corrupción en la
administración. Muestra unas condiciones asombrosas de impunidad y de parálisis de la justicia y al mismo tiempo una elevada inversión en seguridad, así como altísimos costos para
la ciudadanía en el mantenimiento del aparato militar. Muestra las más deplorables
condiciones de desamparo para casi todos los ciudadanos, y sin embargo es un país donde
no se escuchan quejas, donde prácticamente no existen la protesta y la movilización
ciudadana: una suerte de dilatado desastre en cine mudo.
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Esto último es pasmoso. La visible pasividad de la sociedad colombiana alarma a los
visitantes. En las recientes huelgas que conmocionaron a Francia pudo verse cómo una
sociedad que vive relativamente bien en términos económicos y protegida por un Estado
responsable, sabe reaccionar en bloque ante todo lo que la lesione, no se deja pisotear en
sus derechos y se resiste a que se menoscaben los privilegios que ha conquistado. Ver a los
franceses marchando por las calles, armando barricadas ante un gobierno cuya legitimidad no
desconocen, y haciendo temblar a las instituciones, nos confirma que Francia es el país de la
Revolución, que ese país es respetable porque tiene orgullo y porque tiene dignidad, porque ...
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