La Gilipolla que me piden para leer un ensayo
Pablo Neruda
[13]
Prólogo de Federico Schopf
Esta edición de Residencia en la Tierra -destinada a un lector no especialista y provista
de notas que podrían ayudar en una lectura con frecuencia difícil- surge en un momento en que
la atención pública en torno a la obra nerudiana se ha ido desplazando desde los textos que
escenifican un poeta fundamentalmentepolítico, afirmativo, hasta aquellos poemas en que se
hace visible más bien una actitud de indagación, de recuperación de experiencias que promueven
visiones no ideologizadas de la existencia. Incluso la lectura de obras como Canto General tiende
actualmente a sorprender dimensiones que entran en conflicto con su lectura canónica y
totalizante.
En este sentido, resultaría productivo -atrayente,magnetizado por la propia escritura
nerudiana- articular Residencia en la Tierra en un desarrollo que -desde el erotismo trágico de
Veinte poemas de amor y una canción desesperada- conduzca a las interrogaciones e imágenes
de «Alturas de Macchu Picchu» y desde allí, pasando por la retórica veladamente crítica de
Estravagario, acceda a las melancólicas incertidumbres de Memorial de Isla Negra, asus
recuerdos que evitan cautelosamente caer en los abismos y se reanude en parte de su poesía
póstumamente publicada, en su lúcido, resignado reencuentro con la intimidad y extrañeza de la
tierra y de sí mismo, base material para un (im)posible recomienzo de la historia. Perseguiríamos,
así, un movimiento que parece circular, pero que puede imaginarse mejor como una espiral en
que lareiteración de preguntas que, por lo demás, nunca son idénticas -«nosotros los de entonces
ya no somos los mismos»- y la acumulación de experiencias en una (des)orientación análoga van
produciendo el espacio en que un sujeto -sin unidad, deshilachado, disperso- sigue reteniendo
un contacto discontinuo con una exterioridad también dispersa, una especie de no-yo relacionado
con un no-mundo. [14]Este movimiento -uno de los que puede leerse, creo, en la obra nerudiana- se contrapone
violenta, corrosivamente con el desarrollo construido -por cierta crítica y por voluntad del poeta
mismo- desde una subjetividad alienada hasta la asumpción del ser social y la representación
totalizante de la naturaleza y la historia1.
Primeras recepciones
Residencia en la Tierra -publicada por primera vezcompleta en 1935 en Madrid- nunca
dejó de ser considerada, en los círculos de avanzada literaria, como uno de los textos decisivos
de Neruda y, paulatinamente, de la poesía de nuestro tiempo. Baste recordar la tirada aparte de
«Tres Cantos Materiales» que, como homenaje a Neruda, realizaron los más relevantes poetas
españoles de la Generación del 27 -entre ellos, Aleixandre, Alberti, GarcíaLorca, Cernuda- y las
palabras con que Gabriela Mistral -que estaba fuera de Chile- recibió la aparición de Residencia
en la Tierra: «La poesía última... de la América debe a Neruda cosa tan importante como una
justificación de sus hazañas parciales. Neruda viene detrás de varios oleajes poéticos de ensayo,
como una marejada mayor que arroja en la costa la entraña entera del mar, que las otrasdieron
en brazada pequeña o resaca incompleta»2.
En Chile -donde la vanguardia se dio más en una practica poética dispersa que en la
formación de grupos en torno a manifiestos- uno de los defensores de la poesía nueva, Arturo
Aldunate Phillips, llegó incluso a extrañarse de que los poemas de este libro no fueran
considerados «al mismo tiempo sencillos y fáciles de asimilar desde el primermomento». Para
este ingeniero y lector entusiasta de las vanguardias «sobre la tierra ferozmente removida (por
la primera guerra mundial, la revolución rusa, la mexicana, la crisis económica de 1929) han
nacido los valores artísticos definitivos de la época, que han captado lo real que existía en esas
inquietudes y angustias y han creado obras de arte verdaderas»3.
Distinta fue la reacción de...
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