La gota de agua
Es increíble constatar la carencia de metas de los políticos, pues los problemas a los que nos enfrentamos en la actualidad, son los mismos problemas a los que se enfrentó la ciudad de México desdehace más de tres décadas y, a pesar de ello, no se tuvo la capacidad o la disposición o el interés de prever dichos problemas y hacer un verdadero desarrollo citadino respetuoso, en lo posible, delmedio ambiente, y la infraestructura que permitiera una ciudad más amigable.
No hay nada nuevo bajo el sol después de éste tiempo transcurrido.
Se nos permite ver algo de todos conocido, la terribleburocracia e ineptitud tanto de funcionarios públicos como de empleados y prestadores de servicios. Alguna vez hemos experimentado la desesperante realidad de enfrentarnos con el servicio que prestanalgunas oficinas de la Administración Pública y otras no necesariamente de Gobierno. Pareciera, tanto en la obra como en la vida diaria, que vivimos en un país Kafkiano, gobernado por los absurdos, lasincompetencias y la irracionalidad. El relato nos lleva por las peripecias que debe de sortear el protagonista, para conseguir se restablezca el servicio de agua en su casa. Desde la demagogia de lospolíticos, hasta la ineficacia de los plomeros, tiene que experimentar un calvario de más 40 días que le lleva al borde de la desesperanza.
Empero, la obra puede ser leída como una invitación a tomar...
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