La Gran Verdad

Esta es una historia basada en hechos reales, la información ha sido sacada de un libro cuyo autor fue un superviviente alemán de la Segunda Guerra Mundial, Sven Hassel.
Era un caluroso día de Agosto de 1939, el 17 creo recordar, estaba descansando en mi casa de campo disfrutando en la hamaca del sol de la mañana cuando de repente un sonido de motor se empezó a oír en la lejanía. Me levantéde la hamaca y tornando los ojos distinguí un coche militar acercándose. Al cabo de unos pocos minutos el coche ya estaba aquí. De él salio un oficial alto y fornido de aspecto de mal genio y acercándose a mí me empezó a explicar la situación. Alemania había entrado en lo que ellos llamaban Guerra Mundial, me dejaron dos opciones, la de alistarme “voluntariamente” al ejército o que me metieran enun campo disciplinario de las SS.
Sin dudarlo escogí el alistamiento, ya había rumores sobre esos campos disciplinarios y la verdad es que no quería comprobar si era cierto o no. Me dijeron que me preparara ya que los trenes hacia los campos de instrucción militar salían esa misma tarde. Después de despedirme de mi familia y preparar mis maletas me metí en el coche con ese oficial y partimosdirección a Berlín, ¡Berlín!, nunca antes había estado en la gran ciudad, estaba emocionado, pero no sabía lo que me esperaba.
El coche paró a unos 15 kilómetros de Berlín y allí me hicieron bajar y me encontré ante un enorme muro de hormigón, después de que unos inspectores recogieran mi información personal me hicieron pasar dentro.
Os resumiré lo que tuve que pasar allí, todos los días a las seisde la mañana teníamos que levantarnos y salir corriendo, todos los días hacíamos ejercicios físicos y allí aprendimos a montar y desmontar una MPI (siglas de la metralleta alemana) en menos de un minuto. Todo estaba preparado para lavarnos el cerebro.
Tras semanas de instrucción, nos hicieron subir a un tren, había llegado el momento, ¡íbamos al frente!, nos condujeron a la estación demercancías, con una fuerte escolta de Policía Militar. Permanecimos apretujados en nuestros vagones durante tres días y tres noches. Al final llegamos al frente, estaba muy nervioso, mi como cientos de soldados se dirigían a las posiciones, no habíamos ni llegado y ya teníamos a los rusos encima atacándonos. Un cabo pelirrojo y gordinflón se me acercó sonriente y nos dijo lo que teníamos que hacer, teníamosque seguirle para llegar hasta la primera trinchera para contraatacar a los rusos, fuimos equipados con las MPI y comenzamos a correr hacia las trincheras. Mientras corríamos vi como dos de mis compañeros caían heridos por las balas de los rusos. Nada más llegar a la trinchera comenzamos a tirarles granadas y a ametrallarlos con nuestras MPI. Al cabo de una media hora de tiroteo los pocos rusosque quedaron se rindieron ante nosotros, y desde entonces empecé a sentir un gran orgullo por el pueblo alemán. Con ese cabo fuimos ganando batalla tras batalla, tuvimos que luchar en las frías estepas rusas, en ocasiones haciéndonos pasar por rusos para poder infiltrarnos entre sus filas sin ser detectados, también tuvimos que luchar en los áridos desiertos de África. Me metieron en la unidadPanzer 39 de tanques. En muchas ocasiones tuvimos que abandonar el tanque antes de que los tanques rusos nos los destruyeran ya que sus tanques estaban más preparados para esos entornos tan fríos y embarrados. Mi grupo y yo recogimos un total de más de 2500 chapas de identificación muchos alemanes murieron por el frío y los francotiradores rusos. Recuerdo que la lucha contra los ingleses en Italia fuemuy encarnizada pero gracias a los italianos pudimos vencerles, también recuerdo que en el desierto muchos compañeros se suicidaron al desesperarse por la falta de agua, y muchos murieron por deshidratación.
Gracias al sentido común y a la experiencia de nuestro oficial conseguimos vivir los mejores, los tanques nos salvaron de los lanzallamas y de las minas antipersona que había por todas...