La Grandeza De Mexico
1 Curiel, 2002. Al considerar este triple mestizaje cultural, Curiel señala que es importante tener en cuenta que hubo un influjo doble en NuevaEspaña, ya que, además de los productos provenientes de Asia, también llegaban de Europa las llamadas chinoiseries, es decir, los productos europeos que reformulaban motivos asiáticos.
Publicado en: Actas del I Congreso Ibero-asiático de Hispanistas Siglo de Oro e Hispanismo general (Delhi, 9-12 de noviembre, 2010), ed. Vibha Maurya y Mariela Insúa, Pamplona, Publicaciones digitales delGRISO/Servicio de Publicaciones de la Universidad de Navarra, 2011, pp. 17-32. ISBN: 84-8081-216-8.
18
LA GRANDEZA MEXICANA Y LOS APORTES ASIÁTICOS
la aportación de Asia a la espiritualidad novohispana. La labor evangelizadora de jesuitas y franciscanos en aquellas tierras fue modelo de cristianización para el norte del virreinato y, en una Nueva España deseosa de santidad, el martirio de uno desus hijos en Japón, San Felipe de Jesús, no sólo impulsó la espiritualidad, sino que nutrió el patriotismo criollo. México, centro del mundo Como lo indica el título completo del poema, Carta del bachiller Bernardo de Balbuena a la señora doña Isabel de Tobar y Guzmán describiendo la famosa ciudad de México y sus grandezas, el objetivo de la obra es ofrecer a la destinataria una idea de lacapital del virreinato. Doña Isabel, quien había radicado toda su vida en San Miguel de Culiacán, una pequeña población situada en el pacífico norte del virreinato en lo que hoy es el estado de Sinaloa, había enviudado y estaba por viajar a la Ciudad de México a fin de ingresar a un convento; el autor le anticipaba a su antigua amada lo que habría de encontrar en la capital. Hijo ilegítimo de unindiano, Balbuena nace en Valdepeñas en 1562. A los veintiún años se traslada a Nueva España donde su padre tenía propiedades en el actual estado de Jalisco; en la Ciudad de México transcurre una importante etapa de la vida del poeta en la que continúa su educación y comienza a hacer una exitosa carrera eclesiástica que lo llevaría a ser Abad de Jamaica y Obispo de Puerto 2 Rico . El poeta manchego,escribiendo en plena madurez, se enorgullece de la tierra americana a la que llegó en su mocedad; al describir la Ciudad de México, comienza por destacar que «donde nadie creyó que hubiese mundo», se encuentra una “máquina soberbia» fundada sobre una laguna o, en palabras del poeta, «sobre una delicada costra 3 blanda» . Tras subrayar la localización y extraordinario fundamento de la antigua...
Regístrate para leer el documento completo.