La gripe a
Con poco más de 18.000 muertos censados en 214 países por la Organización mundial de la salud (OMS), la pandemia gripal debido al nuevo virus A (H1N1) hadesbastado los pronósticos oficiales puesto que ha resultado ser más benigna de lo que los expertos más optimistas habían predicho.
Poco más de un año después de que la directora general de la OMS,la doctora Margaret Chan, anunciara oficialmente, el 11 de mayo de 2009, que los criterios para declarar una verdadera pandemia gripal estaban cumplidos, merece plantearse la cuestión de si laprincipal víctima de este suceso es la propia OMS.
Nadie puede ser acusado por no haber sabido con antelación como se desarrollaría la epidemia surgida en México y Estados Unidos. En cambio, la sospechasobre la incapacidad de la institución internacional para mantener las decisiones estratégicas que había tomado en relación al nivel de alerta sanitaria, los tratamientos y las vacunas contra elvirus de la gripe A (H1N1) fuera de las aguas caudalosas de los conflictos de intereses se hizo cada vez más fuerte.
El anuncio del paso al grado de pandemia abrió un bulevar a varios laboratoriosfarmacéuticos, que se beneficiaron de un verdadero maná financiero con la venta de las vacunas cuyas ganancias se estimaron entre los siete y diez mil millones de dólares.
Entonces ¿Cómo tomarse enserio la argumentación de la OMS? Esta afirmó no hacer públicas las declaraciones de interés que determinaron los expertos que participaron en los diferentes comités, con la excusa de que contieneninformación privada. Sin embargo, otras instituciones y agencias lo hacen sistemáticamente.
En un informe aprobado el 4 de junio por la comisión de salud de la Asamblea Parlamentaria del ConsejoEuropeo, el diputado británico Paul Flynn plantea un buen principio. El observa que la situación se caracteriza por una confianza decreciente en las decisiones de la salud pública. En este contexto, la...
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