La guancha del macho camacho
[2] La noción de que el eje principal de cualquier sistema semiótico no es el signo aislado, sino la relación que existe al menos entre dos signos, lleva al criterio de que el punto de partida resulta ser no el modelo aislado, sino el campo de significación dinámica deinter-relaciones entre componentes. Esto llevó a Yuri Lotman a proponer el concepto de semiosfera —La semiosfera. Semiótica de la cultura y del texto, Tomo I (Madrid: Cátedra, 1996)—, en patente analogía con el de biosfera de V. Vernadski. Este bio-geoquímico afirma, en Pensamiento filosófico de un naturalista, que el ser humano, como en general todo lo vivo, no constituye un objeto en sí mismo,independiente del ambiente que lo circunda o de la biosfera (capa o zona de la corteza terrestre que se encuentra en la superficie de nuestro planeta y acoge todo el conjunto de la materia viva). Mucho de esto fue previsto por los frankfurtinos, pero obviamente con una gran aversión a la inicial semiosfera mediática que, montada en la revolución industrial del los años 20 y 30, continuabadesarrollando el capitalismo del siglo XX.
[3] Antes nos dice Juan Otero Garabís: “Sólo al nivel de la narración, autor y lector implícitos pueden escapar del atolladero en que se encuentran los personajes al nivel de la historia, lo cual sólo pueden hacer por medio de la reflexión a que les invita el pacto literario entre escritura y literatura. Se establece un puente literario por encima de la historia dela novela donde aparece un autor proclamando la autonomía del arte y advirtiéndole al lector sobre los peligros a los que están expuestos por la seducción constante de la industria cultural”. Nación y ritmo: “descargas desde el Caribe” , San Juan: Callejón, 2000, p. 74. Sobre esto habría que advertir que los personajes de La guaracha están dominados por el signo de la informática que manipula laseñal como estímulo sensorial (auditivo, primordialmente). El narrador y el autor implícito dominan el signo hermenéutico y simbólico que requiere una semiosis más compleja y moderna (y es aquí donde tiene sentido el acto de novelar que se ajusta a la nueva sociedad colonial del consumo desenfrenado, incluyendo el consumir lo colonial mismo).
[4] Manuel Zeno Gandía, La charca (San Juan: Institutode Cultura Puertorriqueña, 1971). Ver libro de Otero Garabís, p. 80.
[5] En esa novela (1896) de Manuel Zeno Gandía, la diversión (por ejemplo, la fiesta en Vegaplana) está separada del trabajo. En esas sociedades “antiguas”, los trabajadores se divierten en un aparte de la faena o luego de la misma. En las sociedades contemporáneas se promete el goce continuo mientras se trabaja, mediante losobjetos cibernéticos conectados ya al cuerpo del sujeto.
[6] La guaracha recoge el momento en que la cultura puertorriqueña de los años 70, sobre la economía de la producción colonial, ha montado la economía de la informática (más colonial aún), que un poco más adelante se convierte en la cultura de la comunicación masiva y globalizada. El autor de la obra adopta una perspectiva en que todavía...
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