La Guerra De Los Mundos

En los últimos años del siglo XIX nadie habría creído que los asuntos humanos eran observador aguda y atentamente por inteligencias más desarrolladas que las del hombre. Lo más que se podía llegar asu suponer era que tal vez en Marte hubiera seres quizá inferiores a nosotros y que estaría dispuestos a recibir de buen grado una expedición enviada desde aquí. Si es que hay algo de verdad en lahipótesis corriente sobre la formación del sistema planetario, deber ser mucho más antiguo que nuestro mundo, y la vida nació en él mucho antes que en nuestro planeta se solidificara. El hecho de quetiene apenas una séptima parte del volumen de la tierra debe haber acelerado su enfriamiento, dándole una temperatura que permitiera la aparición de vida sobre su superficie. Tiene aire y agua así comotambién todo lo necesario para sostener la existencia de seres animados. Pero hasta fines del siglo XIX ningún escritor expresó la idea de que allí se pudiera haber desarrollado una raza de seresdotados de inteligencia que pudiese compararse a la nuestra. El enfriamiento que algún día ha de sufrir nuestro mundo ha llegado ya a un punto muy avanzado en nuestro vecino. Esa etapa última deagotamiento, que todavía es para nosotros increíblemente remota, se ha convertido ya en un problema actual para los marcianos. La presión constante de la necesidad les agudizó el intelecto aumentando suspoderes perceptivos y endureciendo sus corazones. Y al mirar a través del espacio con instrumentos e inteligencias con los que apenas si hemos soñado, ven a solo treinta y cinco millones de millas de ellosuna estrella matutina de la esperanza: nuestro propio planeta. Y nosotros, los hombres que habitamos esta tierra debemos ser para ellos tan extraños y poco importantes. Los marcianos deben habercalculado su llegada con extraordinaria justeza, sus conocimientos matemáticos exceden en mucho a los nuestros. Se hizo cundir entre el mundo la noticia de que había una enorme nube de gas incandescente...