La Guerra Del Fin Del Mundo
En La Guerra del Fin del Mundo encontramos nuevamente muy bien logradoese afán totalizador que caracteriza a todas las novelas de Vargas Llosa. Sin lugar a dudas, desfila, ante los asombrados ojos del lector, un mundo total y complejo el cual se nos presenta en forma paulatina y en dosis perfectamente bien distribuidas.
Sin ser desde luego un tratado de sociología, historia, religión o política, La Guerra del Fin del Mundo, nos brinda un marco sociopolíticodonde todas las clases sociales del Brasil existentes a finales del siglo XIX están muy bien representadas. Tenemos al mismo tiempo una visión muy completa de la situación política y del fanatismo religioso que juntos se vistieron de tragedia para enlutar a todo el país, empezando por Canudos, en el noreste de Brasil, en la zona de Bahia, donde se desarrolla la historia. La novela alude también enalgunas ocasiones al sincretismo religioso de aquella época y que hasta ahora es palpable especialmente en Bahia, donde la influencia africana ha sido mayor.
En La Guerra del Fin del Mundo hay una enorme variedad de personajes que podría muy bien abrumar al lector si no fuera por la pluma maestra y la arquitectura narrativa tan armoniosa y cuidadosamente calculada de Vargas Llosa. El escritor, enesta novela, juega de alguna manera con nosotros una brillante partida de ajedrez; nos reta la inteligencia y la imaginación por medio de jaques que al principio son aparentemente inofensivos y cuando ya creemos estar de alguna manera acostumbrados a sus variantes donde no hay" sacrificio" alguno de piezas y a sus sofisticadas jugadas, a sus novedosas estrategias, precisamente en el momento menospensado, cuando somos ya prisioneros felices de sus ficciones y creemos estar controlando lo que leemos, nos llega el temido, ineludible y letal jaque mate.
Los personajes se van dibujando ante nosotros, los pasmados pero dichosos lectores, en una suerte de recovecos narrativos, sabias alusiones, vasos comunicantes, que nos cautivan, y fascinan irremediablemente. Así como Antonio Conselheiroembruja a sus seguidores con su carisma y mensaje subversivo, nosotros los lectores quedamos también hechizados por la capacidad creativa y la pericia narrativa de Vargas Llosa. Es bajo el influjo de este hechizo verbal que aceptamos la verosimilitud de lo narrado. Entonces, creemos que es posible lo que parece en cualquier otra instancia imposible.
De esta manera es como colocamos en el terrenode lo verosímil el hecho de que Antonio Conselheiro haya sido capaz de convertir para su causa y cruzada religiosa a los seres más marginales de la sociedad, a los criminales más abyectos y avezados pintados en su violencia más descarnada, a los inválidos del cuerpo y del alma, a los que, en definitiva, no tienen nada que perder. Es así y sólo así como sentimos la presencia inquietante y mítica deAntonio Conselheiro, es de esta manera como nos parece estar viendo saltar en cuatro extremidades a El León de Natuba, y creemos oír las fábulas de maravilla del Enano escapado del circo, es de esta forma como podemos hacer nuestros los temores del Padre Joaquim, y también identificar al Barón de CañaBrava y sus argucias políticas, con el camaleón que tanto le gusta.
Es pues así como inclusopodemos visualizar la cicatriz del temible Pajeú, percibimos la ciega terquedad de Rufino, el fanatismo ciego del anarco-frenólogo Galileo Gall, es así como en medio de la guerra apocalíptica vemos manoteando en al aire, pérdido y aterrorizado al periodista miope privado de sus anteojos y por tanto de su visión. Es de esta manera como la otrora filicida María Quadrado, convertida en Madre de los...
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