La Guerra Mundia

Notas acerca de la “mismidad” de la persona humana
Alfredo García Quesada
Junio de 2009
Precisar la condición del hombre como persona y aproximarnos a aquello que
constituye su “mismidad”, resulta indispensable en una época en que, teórica y
prácticamente, se ha impulsado, más que en cualquier otra época, el proceso de
despersonalización y de “dimisión de lo humano”.
Entre las corrientesde pensamiento que, a lo largo del pasado siglo XX, negaron
el carácter personal del ser humano, se puede recordar a los diversos socialismos o
“sociocentrismos”, en especial, el marxismo, que diluyen a la persona en la
colectividad, pero también, se debe recordar a las diversas corrientes positivistas y
liberales que conciben al ser humano como un “individuo aislado”, es decir, como un
enteautoreferido, sin relaciones constitutivas, que es otro modo de negar al ser humano
en cuanto persona.
Mas antiguamente, específicamente en Platón, el hombre era visto como un ser
digno no en razón de su particularidad como persona concreta, sino tan sólo en la
medida en que este individuo concreto participa de la “idea de humanidad” que sería lo
verdaderamente real y valioso. El mismoAristóteles, aunque criticando la
sustancialidad de las “ideas” de Platón, valoraba lo particular en razón de lo universal.
Así, el hombre individual concreto se definía como valioso en función de la especie
universal humana que sería quien le daría su naturaleza específica. De este modo el
hombre concreto pasaba a ser una “x”, es decir, “un caso” de lo humano.
Recién a partir de la irrupción delcristianismo en la historia, cada hombre
considerado individualmente e integralmente, será afirmado como un ser único e
irrepetible que goza de una dignidad inalienable en razón de su procedencia divina. Éste
será el origen de la comprensión del hombre como “persona”, perspectiva que ha sido
asumida y desarrollada a lo largo de la historia de la cultura occidental y potenciada con
especialénfasis en las teorías personalistas contemporáneas.
A continuación, buscaremos aproximarnos al aspecto más central o nuclear de la
de la persona, es decir, a la “mismidad” de la persona valiéndonos de algunos elmentos
de la perspectiva fenomenológica, poniendo, como punto de partida, la pregunta ¿quién
soy yo?
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1. ¿Quién soy yo?
El método fenomenológico consiste en describir los entes tal comose presentan
a la conciencia o a las vivencias; en otras palabras, consiste en describir un hecho
determinado “en cuanto vivenciado o experimentado por mí”. Siguiendo esta
perspectiva, lo primero que habría que afirmar en respuesta a la pregunta ¿quién soy
yo?, es que “yo existo”, “yo soy” y es ese el primer dato en el acercamiento a mi propio
ser. Es, pues, lo primero que experimento de mímismo.
Ya San Agustín, afirmaba lo indudable del hecho de la propia existencia de la
siguiente manera: “¿Quién podrá jamás dudar de que vive, recuerda, entiende, quiere,
piensa, sabe y juzga? Por cuanto si duda vive, si duda, recuerda por que duda; si duda,
entiende que esta dudando; si duda, es que quiere llegar a la certeza; si duda, luego
piensa, si duda sabe que ignora algo; si duda esporque juzga que no conviene consentir
a la ligera. Quien duda, pues, de otras cosas, de éstas no debe dudar; porque sin ella no
es posible siquiera tener duda”1.
Nótese que San Agustín se refiere al carácter indubitable de toda mi existencia y
concretamente de mi interioridad. No se trata, como en Descartes, únicamente de la
evidencia de la propia conciencia o del pensamiento, sino que lacerteza se refiere a la
totalidad de mi “yo” y a las acciones y atributos existenciales de ese “yo” que soy.
Así, con el fin de no adoptar una postura externa y objetivadora del yo que
quizás me oscurecería —como advertía Max Scheler— el sentido de mi propio yo, al
punto de considerarlo como “objeto entre los objetos” o como “cosa entre las cosas”,
resulta importante partir de mí mismo tal...