LA GUERRA
Miseria, pobreza, desigualdad
Por: Mauricio Botero Caicedo
La prueba ácida del nivel de civilización que atraviesa una sociedad son los mecanismos que protegen aaquellos que no están en capacidad de obtener comida, ropa o techo.
Si bien la pobreza extrema ha pasado del 17,6% en 2002 a 12,3% en 2010, las cifras siguen siendo inaceptables. Redoblar losesfuerzos para sacar a ese 1,9 millones de familias de la indigencia tiene que ser una cruzada nacional, una meta de Estado, no sólo del gobierno de turno.
En la reducción de la pobreza Colombia ha hechoesfuerzos importantes, pasando del 49,4% en 2002 a 37,2% en 2010. ¿Pero por qué, después de haberle declarado ‘guerra’ una y mil veces, la pobreza sigue siendo parte integral de nuestra sociedad? Haycuatro factores que influyen de manera determinante en que los pobres sigan siendo pobres: el primero es que el principal instrumento que tiene el Estado para transferir recursos de los pudientes a losmás necesitados, los impuestos, lo pagan sólo unos pocos. Mientras la totalidad de la población activa, en mayor o menor grado, no contribuya, los esfuerzos van a ser en vano. El segundo factor queobstaculiza la eliminación de la pobreza es el rapto del Estado por parte de camarillas de políticos y funcionarios que se apropian de buena parte de las rentas del Estado. Un ejemplo concreto de estaanomalía es el sistema pensional colombiano: en un país donde el 49% de los pensionados devenga una mesada de menos de dos salarios mínimos, parte importante de la clase política, de la burocracia ydel llamado ‘Cartel de la Toga’, se las arregla para autoasignarse pensiones cuyo monto es 40 y 50 veces el salario mínimo. Y como si lo anterior fuera poca cosa, de la mano de la apropiación ilícitade las rentas convive una rampante corrupción a lo largo y ancho del país. El asalto de los Nule y los hermanos Moreno a las arcas de la capital (con el discreto silencio del partido que los puso en...
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