LA GÜERA RODRÍGUEZ
Páginas: 8 (1928 palabras)
Publicado: 8 de octubre de 2015
Valeria Robledo Martín del Campo.
15 de Septiembre de 2015
DERECHO A EXAMEN
LA GÜERA RODRIGUEZ
Buen día Profesor Joel, en éste ensayo pretendo plasmar un poco, de la historia de la vida de una gran señora. Y por grande, me gustaría referirme a un personaje (en toda la extensión de la palabra) que impactó la acepción de la figura femenina en la Nueva España con su presencial e inconfundibleimagen que pareciese irreal, de lo agradable que era a la vista; hasta su capacidad desarrollada en la palabra para conseguir cualesquiera que fueran sus fines personales.
Acto seguido, me permitiré iniciar con un relato, espero sea de su agrado.
La historia de ésta buena señora, comienza el 20 de Noviembre de 1778, dando entrada al mundo María Ignacia Javiera Rafaela Agustina Feliciana Rodríguez deVelasco Ossorio Barba Jiménez Bello de Pereyra Fernández de Córdoba Salas Solano y Garfias, mejor conocida por la historia popular como “la Güera Rodríguez”.
Claramente, nuestra señorita, impactó en la vida de muchos caballeros de la época por su físico inigualable, según lo describirían varios poetas que tuvieran la dicha de conocerla.
El color de sus largos cabellos, de un oro fluido, le dabael mote con el que todo el mundo la designaba con facilidad, no había en México quien no la conociera. Linda era la Güera, llena de fácil despejo y desenvoltura; poseía todo primor, perfección y garbo; hablaba con lengua pintoresca, con mucho chiste torcía el sentido de las voces.
Así que la bella joven creció con gracia ante el ojo masculino.
Su primer encuentro conocido, fue con los cadetes delcuartel de Granaderos; donde la Güera Rodríguez, y su hermana, Doña María Josefa Rodríguez de Velasco y Osorio pasaban las tardes con singular despojo de preocupación sobre la reputación que “manchaban” (en ese entonces) por ser la doncella la que buscaba al galán. De éste modo, el entonces Virrey Don Juan Vicente de Güemes Pacheco de Padilla, conde de Revilla Gigedo, concernido por tal situación,manda llamar al padre de ambas señoritas, con el fin de ordenar el casamiento de ambas hermanas, con los cadetes mencionados.
Doña María Josefa casó con Don Manuel Cossio Acevedo, y Doña María Ignacia con Don José Jernónimo López de Peralta de Villar Villamil y Primo.
Nuestra Güera, feliz mente casada, disfrutó de dicho estado civil drante 11 largos años; su voluntad era la de su amado, con suquerer sin límites se adivinaban mutuamente el pensamiento, estaban los dos en constante embeleso de enamorados.
Y adentrándonos un poco más en la singular forma de ser de la Güera Rodríguez, se sabía que en su oloroso estrado de mujer elegante estaban las delicias y el mayor entretenimiento de las personas de viso que se juntaban ahí a la conversación; pero si alguien en su presencia se le atrevíao se enteraba que murmuraban algo en su contra ¡ay pobre!, lo ponía con mordacidad desembolsado en carnes vivas.
Así es como comenzaron a correr infinidad de cuentos y chascarrillos sobre la muchacha, debido a lo exaltado de su personalidad en el párrafo anterior, por lo que me gustaría ilustrar una de las historias:
Érase una vez, un tuerto desdichado, por tratarse del amor irreparable que letenía a la Güera Rodríguez.
Dicho sujetillo creyó ser una gran idea el invocar a su amigo el diablo, con el fin de disfrutar de sus caprichos, al precio de venderle su alma.
Al aparecer nuestro cuernudo amigo y escuchar la propuesta del Tuerto desdichado, (siendo nada más y nada menos, que su alma entera a cambio del amor de nuestra protagonista) se mofó tan fuerte, que sencillamente terminó pordecirle “¡oye tú! No me ofrezcas tu recochina alma que ya es mía por todo lo que haces a diario. Y en cuanto a la Güera Rodríguez, para mí la quisiera ¡Tuerto desgraciado!”.
Llevándonos esto a la conclusión de qué tan popular era la Güera entre los corazones contemporáneos.
Pero así como existían historias infantiles e inocentes, estaba también los chismes que se repartían en las tertulias de...
15 de Septiembre de 2015
DERECHO A EXAMEN
LA GÜERA RODRIGUEZ
Buen día Profesor Joel, en éste ensayo pretendo plasmar un poco, de la historia de la vida de una gran señora. Y por grande, me gustaría referirme a un personaje (en toda la extensión de la palabra) que impactó la acepción de la figura femenina en la Nueva España con su presencial e inconfundibleimagen que pareciese irreal, de lo agradable que era a la vista; hasta su capacidad desarrollada en la palabra para conseguir cualesquiera que fueran sus fines personales.
Acto seguido, me permitiré iniciar con un relato, espero sea de su agrado.
La historia de ésta buena señora, comienza el 20 de Noviembre de 1778, dando entrada al mundo María Ignacia Javiera Rafaela Agustina Feliciana Rodríguez deVelasco Ossorio Barba Jiménez Bello de Pereyra Fernández de Córdoba Salas Solano y Garfias, mejor conocida por la historia popular como “la Güera Rodríguez”.
Claramente, nuestra señorita, impactó en la vida de muchos caballeros de la época por su físico inigualable, según lo describirían varios poetas que tuvieran la dicha de conocerla.
El color de sus largos cabellos, de un oro fluido, le dabael mote con el que todo el mundo la designaba con facilidad, no había en México quien no la conociera. Linda era la Güera, llena de fácil despejo y desenvoltura; poseía todo primor, perfección y garbo; hablaba con lengua pintoresca, con mucho chiste torcía el sentido de las voces.
Así que la bella joven creció con gracia ante el ojo masculino.
Su primer encuentro conocido, fue con los cadetes delcuartel de Granaderos; donde la Güera Rodríguez, y su hermana, Doña María Josefa Rodríguez de Velasco y Osorio pasaban las tardes con singular despojo de preocupación sobre la reputación que “manchaban” (en ese entonces) por ser la doncella la que buscaba al galán. De éste modo, el entonces Virrey Don Juan Vicente de Güemes Pacheco de Padilla, conde de Revilla Gigedo, concernido por tal situación,manda llamar al padre de ambas señoritas, con el fin de ordenar el casamiento de ambas hermanas, con los cadetes mencionados.
Doña María Josefa casó con Don Manuel Cossio Acevedo, y Doña María Ignacia con Don José Jernónimo López de Peralta de Villar Villamil y Primo.
Nuestra Güera, feliz mente casada, disfrutó de dicho estado civil drante 11 largos años; su voluntad era la de su amado, con suquerer sin límites se adivinaban mutuamente el pensamiento, estaban los dos en constante embeleso de enamorados.
Y adentrándonos un poco más en la singular forma de ser de la Güera Rodríguez, se sabía que en su oloroso estrado de mujer elegante estaban las delicias y el mayor entretenimiento de las personas de viso que se juntaban ahí a la conversación; pero si alguien en su presencia se le atrevíao se enteraba que murmuraban algo en su contra ¡ay pobre!, lo ponía con mordacidad desembolsado en carnes vivas.
Así es como comenzaron a correr infinidad de cuentos y chascarrillos sobre la muchacha, debido a lo exaltado de su personalidad en el párrafo anterior, por lo que me gustaría ilustrar una de las historias:
Érase una vez, un tuerto desdichado, por tratarse del amor irreparable que letenía a la Güera Rodríguez.
Dicho sujetillo creyó ser una gran idea el invocar a su amigo el diablo, con el fin de disfrutar de sus caprichos, al precio de venderle su alma.
Al aparecer nuestro cuernudo amigo y escuchar la propuesta del Tuerto desdichado, (siendo nada más y nada menos, que su alma entera a cambio del amor de nuestra protagonista) se mofó tan fuerte, que sencillamente terminó pordecirle “¡oye tú! No me ofrezcas tu recochina alma que ya es mía por todo lo que haces a diario. Y en cuanto a la Güera Rodríguez, para mí la quisiera ¡Tuerto desgraciado!”.
Llevándonos esto a la conclusión de qué tan popular era la Güera entre los corazones contemporáneos.
Pero así como existían historias infantiles e inocentes, estaba también los chismes que se repartían en las tertulias de...
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