La historia como progreso

Lucio Arreola Barroso
23/02/05
Temas Contemporáneos

La historia como progreso.

Carr, hace una revisión de la relación que ha existido entre historia y progreso, y propone una nueva concepción de progreso que sirva como respuesta frente a las dos posturas más fuertes que habían sobre este tema, en su tiempo: la idea de que la historia cobra sentido en algo externo a ella (íntimamenterelacionada con la teología); y la idea contraria, de que la historia carece de sentido alguno, o tiene un sentido arbitrario.
Para este autor, la noción de progreso comienza a tomar forma, no con los griegos y los romanos, que, en general, veían tanto al futuro como al pasado con muy poco interés, sino con la visión teleológica de judíos y cristianos. Esta visión dotó por primera vez de unsentido y de un propósito a la historia, que, sin embargo, eran dependientes del ámbito religioso. Tendríamos que esperar hasta la llegada de los racionalistas de la ilustración, para que el sentido de la historia pudiera secularizarse, aunque conservando la visión teleológica judeo-cristiana. Todo esto sin dejar de restablecer, al mismo tiempo, el carácter racional que le habían dotado al procesohistórico, los renacentistas. La meta de la historia ya no tenía que ver con lo divino, sino con algo más humanizado: la perfección terrenal de la condición humana. El culto tan enorme que existió alrededor del progreso prevaleció hasta comienzos del siglo XX, cuando comenzó a ser puesto en duda.
Desde el comienzo, la idea de progreso tuvo que enfrentarse a distintas problemáticas. La primeraconsistió en la relación entre naturaleza y progreso, que los ilustrados declararon que eran compatibles, y que se daban tanto en la naturaleza como en el hombre, a pesar de no tener razones suficientes para pensar en la naturaleza como algo que está encaminándose hacia una meta. De ahí que Hegel restringiera el progreso tan sólo al ámbito de lo humano. La revolución darwiniana fue la que más tardevolvería a hablar de un progreso en el hombre y en la naturaleza, equiparando evolución con progreso, lo cual dio lugar a la confusión de la herencia biológica con la herencia cultural (especie de falacia naturalista). Los seres humanos, biológicamente, no hemos cambiado prácticamente en los últimos 6,000 años, sin embargo, socialmente, sí lo hemos hecho, y esto se debe a la gran acumulación deconocimientos adquiridos en la historia de la humanidad (de ahí se deriva que podamos hablar de un progreso científico).
La segunda problemática para la idea de progreso, consiste en considerar a la historia como algo con un comienzo y final definidos. La civilización se originó de un proceso largo y complejo, que no podemos determinar con exactitud. Si no queremos caer en una concepción de progresomás parecida a la concepción de un teólogo que a la de un historiador, debemos de abandonar la idea de que existe un término fijo en la historia y empezar preguntarnos si no se trata, más bien, de “un proceso en que las exigencias y condiciones de los períodos sucesivos impondrán su contenido específico”1
Por último, es un error pensar al progreso como algo que avanza en línea recta. Más bienpodríamos describirla como algo parecido a una línea quebrada en la que hay fases de regresión y progreso, cuyos nuevos avances no siempre tienen que comenzar desde el mismo punto en el que se quedó el último avance. Siempre son distintos grupos dominantes los protagonistas del avance de la civilización en distintas épocas, por lo que, siempre que hay un rompimiento entre dos diferentes períodos,las perspectivas son distintas, tanto para el nuevo grupo dominante como para el grupo antes protagonista: unos hablarán de progreso, y los otros de decadencia.
Es por estas razones que Carr propone una nueva visión de la idea de progreso, en la que es el historiador el que interpreta las acciones humanas como progreso, de acuerdo al desarrollo progresivo de las potencialidades humanas...