La Historia De La Escritura
La historia moderna occidental comienza con la diferencia entre el presente y el pasado. Por esta diferencia se distingue también de la tradición (religiosa), de la cual nunca llega a separarse completamente, y conserva con esta arqueología una relación de deuda y rechazo.
Finalmente, hay un tercer corte que organiza el contenido en lo que va del trabajo a la naturaleza yque supone una separación entre el discurso y el cuerpo (social). La historia hace hablar al cuerpo que calla. Supone un desfasamiento entre la opacidad silenciosa de la “realidad” que desea expresar y el lugar donde produce su discurso, protegida por la distancia que las separa de su objeto (Gegen-stand).
Una estructura propia de la cultura occidental moderna se indica sin duda en este tipo dehistoriografía: la inteligibilidad se establece en relación al “otro”, se desplaza al modificar lo que constituye su otro” el salvaje, el pasado, el pueblo, el loco, el niño, el tercer mundo.
La historiografía separa en primer lugar su propio presente de un pasado, pero repite siempre el gesto de dividir. La cronología se compone de “periodos”, entre los cuales se traza cada vez la decisión de serotro o de no ser más lo que se ha sido hasta entonces. Por turno, cada tiempo “nuevo” ha dado lugar a un discurso que trata como “muerto” a todo lo que precedía pero que recibía un “pasado” ya marcado por rupturas anteriores.
La historiografía trata de probar que el lugar donde se produce es capaz de comprender el pasado, por medio de un extraño procedimiento que impone la muerte y que se repitemuchas veces en el discurso.
Este procedimiento paradójico se simboliza y se efectúa que tiene valor de mito y de rito a la vez: la escritura, que sustituye a las representaciones tradicionales que autorizaban al presente con un trabajo representativo que articula en un mismo espacio la ausencia y la producción.
.La historiografía se apoya como último recurso en un poder que se distingueefectivamente del pasado y de la totalidad de la sociedad. Al constituirse espacialmente y al distinguirse con el título de un querer autónomo, el poder político da lugar también a exigencias del pensamiento de los siglo XVI y XVII. Dos tareas se imponen, a la cual van a transformar por medio de juristas y politólogos. El poder debe legitimarse.
Desde el siglo XVI la historiografía deja de ser larepresentación de un tiempo providencial, es decir, de una historia decidida por un sujeto inaccesible al cual solo podemos descifrar a través de los signos de su voluntad. Una razón de estado le está dando su propia definición: la construcción de un discurso coherente que enuncie con detalle las “acciones” que un poder es capaz de realizar en función de datos concretos, gracias a un arte de tratar loselementos que le impone un ambiente. Esta ciencia es estratégica por su objeto: la historia política. Lo es también por su metodología en el manejo de datos, archivos o documentos.
El historiador se ha colocado en este lugar. No hace la historia, lo único que puede hacer es una historia.
La narración se presenta como una dramatización del pasado, y no como el campo restringido donde se efectúanoperaciones desfasadas, relacionadas con el poder.
La historiografía echa a andar las condiciones de posibilidad de una producción, y es al mismo tiempo el sujeto de su propio discurso.
La producción es su principio de explicación cuasi universal, puesto que la investigación histórica toma todo documento como síntoma de lo que la ha producido.
La producción a nombre a una cuestión aparecida enOccidente con la práctica mítica de la escritura. Hasta entonces, la historia se desarrollaba introduciendo en todas partes una separación entre la materia (los hechos) y el ornamentum (la presentación). Trata de encontrar una verdad de los hechos bajo la proliferación de las “leyendas”, donde proliferaban las mezclas de ilusión y verdad.
La producción en general es una abstracción, es siempre...
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