LA HISTORIA DE LAS COSSASD
Crecer en la verde y cautivante ciudad de Seattle durante los años
setenta era una experiencia idílica, pero el verdadero deleite llegaba
en el verano, cuando mi familia y yoamontonábamos los bártulos de
camping en la camioneta y enfilábamos hacia la deslumbrante Cordillera de las Cascadas. Como en aquellos días aún no había dvd en el
asiento trasero, durante el viajemiraba por la ventanilla y me sumergía en una atenta contemplación del paisaje. Año a año notaba que
los minicentros comerciales y las casas se extendían un poco más lejos, mientras que los bosques ibanmenguando y empezaban más
adelante. ¿Adónde iban a parar mis adorados bosques?
Encontré la respuesta a esa pregunta unos años más tarde en la ciudad de Nueva
York, ni más ni menos. El campus delBarnard College, donde cursaba mis estudios sobre medio ambiente, estaba en la calle 116 Oeste del Upper West Side de
Manhattan,y mi dormitorio en la calle 110 Oeste. Todas las mañanas, recorría lasseis cuadras con paso cansino, con la mirada fija en esos montículos de basura
que festonean las calles de Nueva York al romper el alba. Diez horas más tarde,
cuando caminaba de regreso a miresidencia de estudiantes, las aceras estaban
vacías. La cuestión me intrigaba. Comencé a fisgonear para ver qué había en esas
interminables pilas de basura. Increíble… En su mayor parte eranpapeles.
¡Papeles! Ahí era donde iban a parar mis árboles. (De hecho, aproximadamente el 40% de los residuos municipales de Estados Unidos consiste en productos de papel.)1
Los árboles salían de misbosques del Pacífico Norte, llegaban a las
veredas del Upper West Side de Manhattan y… ¿adónde iban después?
De repente sentí una gran curiosidad. No podía quedarme ahí; necesitaba
descubrir adóndeiba a parar el papel que desaparecía día a día del borde de la
vereda. Entonces hice una excursión al infausto vertedero de Fresh Kills, en Staten
Island. Con su extensión de 11,9 kilómetros...
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