La Historia Del Arte En Cuanto Disciplina Humanística" De Erwin Panofsky
“La historia del arte en cuanto disciplina humanística” de Erwin Panofsky 1. Nueve días antes de su muerte, recibió Immanuel Kant la visita del médico de cabecera. Enfermo, caduco y casi ciego, se incorporó del asiento y permaneció de pie, temblando de debilidad y murmurando a la vez algunas palabras ininteligibles. Trasunos instantes, su fiel compañero comprendió que no se volvería a sentar hasta que él mismo lo hiciera. Sólo entonces toleró Kant que lo acompañaran hasta el sillón que ocupaba. Una vez se hubo restablecido, dijo esta frase: «Das Gefühl für Humanität hat mich noch nicht verlassen» («No me ha abandonado aún el sentimiento de la humanidad»)[1]. Ambos se sintieron tan conmovidos que a punto estuvieronde echarse a llorar. En realidad, aun cuando el término Humanität no hubiera cobrado, en el transcurso del siglo XVIII, otra significación diferente de la de «buena educación» o «urbanidad», seguía éste conservando para Kant un sentido mucho más profundo, subrayado justamente por las circunstancias de la hora: expresaba la conciencia trágica y orgullosa que tenía un hombre de los principios que élmismo había aceptado y que libremente se había impuesto a sí mismo, y que en aquellos instantes contrastaban con las servidumbres exteriores a que lo habían sometido la enfermedad, el paso de los años y todo aquello que en su significado conlleva la palabra «mortalidad». En el curso de su evolución histórica, dos significaciones fácilmente diferenciables se han dado al término humanitas: laprimera se origina de la confrontación entre el hombre y lo que es inferior a él, y la segunda, de la confrontación entre aquél y todo cuanto lo trasciende. En el primer caso, humanitas es un valor; en el segundo, una limitación. El concepto de humanitas con el significado de valor se formuló en el círculo de los allegados a Escipión el joven, siendo Cicerón su portavoz más entusiasta y explícito.Significaba así la cualidad
que distingue al hombre no sólo de los animales, sino igualmente, y en mayor grado, de quien pertenece a la especie homo sin que por ello haya de merecer el calificativo de homo humanus, o sea de] bárbaro o del hombre vulgar faltos de pietas, o lo que es igual, del respeto por los valores morales y de esa agradable mezcla de saber y de urbanidad que sólo podríamosdefinir con el desacreditado término de «cultura». En la Edad Media desplazó a este concepto la consideración de la humanidad en contraposición a la divinidad, y no a la animalidad o a la barbarie. Por consiguiente, las cualidades que comúnmente se le asociaron fueron las de lo frágil y lo transitorio: humanitas fragilis, humanitas caduca. Así pues, la concepción renacentista de humanitas presentódesde el principio un doble aspecto. El nuevo interés concedido al hombre se fundaba a un mismo tiempo en la renovación de la clásica antítesis entre humanitas y barbaritas; o bien feritas, y en la supervivencia de la antítesis medieval entre humanitas y divinitas. Cuando Marsilio Ficino define al hombre como un «alma racional que participa de la inteligencia divina, pero que obra en un cuerpo», nohace otra cosa que definirlo como el único ser que a la vez es autónomo y finito. Y el célebre «discurso» de Pico della Mirandola «Sobre la dignidad del hombre» puede ser cualquier otra cosa excepto un documento del paganismo. Dice Pico della Mirandola que Dios puso al hombre en el centro del universo para que tomara conciencia del lugar donde se encontraba, y pudiera decidir así, con toda libertad,lo que más le conviniera. En ningún instante afirma que «sea» el hombre el centro del universo, ni siquiera en el sentido que corrientemente se atribuye a la expresión clásica del «hombre medida de todas las cosas». De esta concepción ambivalente de humanitas se ha originado el humanismo. Este no es tanto un movimiento como una actitud que se puede definir como la fe en la dignidad del hombre,...
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