la historia...
El Peso de la Historia
Por Franck Gaudichau*
Los gobiernos latinoamericanos miran siempre hacia el Norte para explicar sus dificultades. Un antimperialismo mecánico que se fundamenta en los múltiples complots, golpes e injerencias que sufrió la región en el últimosiglo.
En todo momento -escribía en 1959 el periodista Herbert Matthews- se plantea la cuestión: si América Latina no estuviera de nuestro lado, nuestra situación sería dramática. Sin acceso a los mercados y a los productos de América Latina, Estados Unidos quedaría reducido al estatus de potencia de segundo rango" (TheNew York Times, 26 de abril de 1959). De esta preocupación nació, a principiosdel siglo XIX, la imagen de la región como un "patio trasero" a proteger -y someter-, cueste lo que cueste. En un principio, el proyecto se ocultó tras los ropajes de una preocupación solidaria: en 1823, el presidente James Monroe condenaba el imperialismo europeo y proclamaba "América para los americanos". Pero su doctrina pronto se transformaría en un instrumento de dominación del Nortesobre el Sur del continente.
Por momentos violento, por momentos discreto, el expansionismo de Estados Unidos en América Latina moldeó a tal punto la historia del continente que muchos intelectuales siguen viendo la "mano negra" de Washington detrás de cada uno de los obstáculos con los que tropiezan los regímenes progresistas de la región. A la hora de buscar responsables de sus problemasdomésticos, los gobiernos latinoamericanos no siempre se resisten a servirse de este antiimperialismo mecánico, que a veces linda con las teorías conspirativas. Es cierto que el sentimiento antiyanqui no surge de la nada en el continente de José Martí (1): es fruto de más de ciento cincuenta años de injerencias bien reales, incontables acciones encubiertas y verdaderos complots, manifestaciones de unavoluntad de hegemonía que vivió varias evoluciones históricas.
Por todos los medios
Entre 1846 y 1848, México fue despojado de la mitad de su territorio en beneficio de su vecino del Norte. Luego, entre 1898 y 1934, los militares estadounidenses intervinieron en veintiséis oportunidades en América Central: derrocaron presidentes e instalaron otros; fue la época en que pusieron a Cuba y Puerto Ricobajo tutela (1898) y tomaron el control del canal interoceánico de la antigua provincia colombiana de Panamá (1903). Se abrió entonces una etapa de imperialismo militar destinado a secundar la "diplomacia del dólar" y el acaparamiento de los recursos naturales por medio de empresas como la United Fruit Company, fundada en 1899.
Pero la caja de herramientas imperial de Washington no seasemeja necesariamente a una arme- ría. En 1924, Robert Lansing, secretario de Estado del presidente Woodrow Wilson, observó: "Tenemos que abandonar la idea de instalar un ciudadano estadounidense en la presidencia mexicana, porque eso nos llevaría inevitablemente a una nueva guerra. La solución requiere más tiempo. Tenemos que abrir las puertas de nuestras universidades a jóvenes mexicanosambiciosos y enseñarles nuestro modo de vida, nuestros valores y el respeto a nuestra ascendencia política. [...] Al cabo de algunos años, estos jóvenes ocuparán cargos importantes, empezando por la presidencia. Sin que Estados Unidos haya tenido que gastar ni un centavo ni disparar un solo tiro, harán lo que nosotros deseamos, y lo harán mejor y con más entusiasmo que si lo hubiéramos hecho nosotrosmismos" (2). Las universidades abrieron sus puertas, sin por ello dejar a los militares desempleados. En 1927, en Nicaragua, los marines crearon la Guardia Nacional, al frente de la cual designaron al futuro dictador Anastasio Somoza...
Con la Guerra Fría, Washington desarrolló una nueva doctrina, la de "seguridad nacional". La onda expansiva de la Revolución Cubana (1959), el desarrollo...
Regístrate para leer el documento completo.