La Hogera Barbara
pueblo. Al frente, una línea de potreros, por la que envió
dos patrullas a flanquear la avanzadaenemiga. Luego,
dispuso el orden del combate. A la vanguardia el batallón
Pichincha, con los coroneles Medardo Alfaro y Sabando.
De frente, por el caminoreal, el escuadrón de jóvenes
rifleros, al mando de Centeno, a hacer diversión sobre el
enemigo. Él, con lo principal de las fuerzas, partió seguidopor el Esmeraldas. En terreno limpio de hierbas, entre
el cementerio y la primera línea de edificios, se detuvo
a observar la pelea. ¡Qué bien atacaatacaba el Pichincha! La columna Rocafuerte, desde elevada posición, lo
reforzaba. Ya se apagaban los fuegos de una trinchera
enemiga hacia el centro dela plaza. Y ahora, ocupaba la
entrada de la ciudad. Casa por casa, pequeños avances,
calculados, cruzando fuegos y maldiciones...
–Mi general, suhermano ha sido herido de gravedad.
No se inmutó. Marchó rápidamente a la línea que mandaba el coronel Alfaro y dio la dirección por la que el coronelSabando debía avanzar. ¿También herido el mayor Sepúlveda? Buen amigo chileno que era. El entusiasmo embriagaba a las tropas, que desafiaban el cañoneo.
–Atocar diana. Estamos venciendo.
Había prendido su cigarro y lo chupaba con satisfacción, cuando le informaron que por el otro lado las fuerzas
de Centenoeran arrolladas. Arrojó el cigarro, ajustó los
puños y se lanzó para hacer reforzar aquel línea.
–General, me mataron el caballo –díjole su ayudant
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