LA HORMA DE SU ZAPATO VICENTE RIVA PALACIO

Páginas: 10 (2259 palabras) Publicado: 12 de abril de 2015
VICENTE RIVA PALACIO
LA HORMA DE SU ZAPATO
Con sólo que hubiera tenido talento, instrucción, dinero, buenos padrinos y una poca de audacia, habría hecho un gran papel en la sociedad el amigo que me refirió lo que voy a contar. Pero aunque de escasa lectura, como es viejo y no ha salido de Madrid, tiene mucho mundo, y debo creer que es una verdad cuanto me dijo, y allá va ello.
Hay en el infiernojerarquías, lo mismo que en el cielo y en la tierra: y hay diablos que ocupan encumbrados puestos, mereciéndolos o no; al paso que hay otros que se la llevan de cesantes, sin tener ni una mala alma de usurero a quien dar tormento, ni reciben siquiera la comisión de pervertir en el mundo, para llevar al reino de las tinieblas el espíritu de algún desesperado mortal.
Uno de éstos, de quien se decíaque por pasarse de listo había sido dado de baja, andaba siempre en pretensiones sin poder alcanzar empleo: entre los diablos mejor informados y que estaban al corriente de las intrigas políticas, se aseguraba que este infeliz, que tenía por nombre Barac, que en hebreo tanto quiere decir como Relámpago, debía todos sus infortunios a la enemistad de otro diablo llamado Jeraní (engañador), que letenía jurado odio mortal y que se había propuesto ponerle siempre en ridículo.
Pero a pesar de este odio y esa mala voluntad, Barac alcanzó al fin contar con buenos padrinos, seguro ya de burlar todas las asechanzas de Jeraní, que con esto quedaba vencido.
Un día, Luzbel, aunque poniendo mal ceño, llamó a Barac y le dijo.
_Si usted quiere —porque también en el infierno hay urbanidad- Que se lereponga en su destino de tostador de malcasadas, que yo se que es bastante alegre y socorrido, va usted a salir al mundo, y dentro de quince días, a las doce en punto de la noche, del lugar en que usted estuviese, ha de traer usted un alma de mujer, joven y bonita.
-Está muy bien - contestó Barac;- supongo que se me darán los recursos necesarios y que podré salir en seguida.
-Saldrá usted en seguida yse le dará a usted lo que se crea necesario: recurra usted al tesorero.
Cómo saldría Barac del encierro, aunque no lo dijo el narrador, bien se puede suponer. Hacía muchos siglos que no andaba por el mundo, y cuando él se creía encontrar a los hombres cubiertos de hierro con sus pesadas armaduras, y las ciudades amuralladas, y grandes carros por los caminos, avanzando penosamente, y castillosfeudales, y navíos con remeros, creyó morirse de asombro al ver que el mundo que encontraba en nada se parecía al que había dejado; y tanta fue su turbación, que llegó a pensar que había equivocado el camino, y que no era la Tierra, sino alguno de los otros planetas, en donde se había detenido.
Pero casualmente se encontró en la Puerta del Sol, y por las conversaciones y por los gritos de losvoceadores de periódicos pudo cerciorarse muy pronto de que estaba en la Tierra, en Europa y en la capital de España.
Apareció como un hombre de treinta y cinco años, moreno y elegante; pero como no tenía cédula de vecindad, determinó Pasar por un americano rico que venía a gastar su dinero en España. Se instaló en el Hotel de Roma, se hizo presentar en el Veloz y comenzó a recorrer la ciudad en busca desu víctima.
¡ Qué mujeres tan guapas encontraba a cada momento! Ya era una joven aristócrata envuelta en pieles, porque era invierno, cruzando en elegante carruaje al garboso trotar de una soberbia pareja de caballos. Ya una chula, arrebujada en un grueso mantón que ceñía su cuerpo, dibujando una cintura ideal, y que pasaba rápidamente a su lado. Ya una mujer esbelta, que debajo del sombrerolanzaba rayos luminosos de dos ojazos, como dos soles.
Nuestro pobre diablo, que se hacía llamar el Marqués de la Parrilla, título alusivo a su oficio, se encontraba, como diría un elegante novelista, "bogando en un agitado mar de confusiones" o "arrebatado por un torbellino de incertidumbres." Todas le parecían a propósito, a todas quería seguir, porque había adquirido caracteres humanos; le...
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