La huelga

Una huelga de ciudadanos DIARIO INFORMACIÓN – ALICANTE, 25/SEPTIEMBRE/2010 EMILIO LA PARRA (*) Quienes suscribimos este artículo consideramos que hay suficientes motivos para justificar la huelgageneral, según están exponiendo paciente y exhaustivamente los sindicatos convocantes. No es preciso, aquí, insistir sobre ello. Pero quizá convenga ampliar la reflexión a algunas cuestiones quecontribuyen a explicar el contexto de la convocatoria. La huelga, ante todo, es un derecho fundamental recogido en la Constitución en su artículo 28, lo que hace inexplicable algunos ataques que,sencillamente, pretenden negar ese derecho. En efecto: muchos argumentos lo niegan implícitamente, ya que servirían para deslegitimar cualquier huelga general. Nadie puede negar que el objetivo de una huelgaconsiste en un acto pacífico de presión por parte de los trabajadores, que tendrá unos efectos poco queridos para empleadores o/y poderes públicos. Pero la lógica de ese reconocimiento constitucionalsupone la aceptación de que es una vía legítima para que se restablezca la igualdad en la sociedad y que sectores objetivamente más débiles puedan incorporar al debate político o económico suspretensiones legítimas. Que ello provoque algunas disfunciones no puede negarse, pero similares a las que se producen con el ejercicio de otros muchos derechos; por ejemplo: la auténtica ola de descalificacionessobre dirigentes sindicales ha de ser admitida con entereza en nombre de la libertad de expresión, aunque, evidentemente, los representantes de los trabajadores no dispongan de los magníficospiquetes informativos que son los grandes medios de comunicación que, en ocasiones, ejercen una violencia simbólica bien patente. Estos días asistimos a una confrontación interesada entre el derecho a lahuelga y el derecho al trabajo, que debe ser garantizado, ya que se trata de dos derechos, se nos dice, "igualmente" fundamentales. Pero en sentido estricto no es así: el derecho al trabajo está fijado...