La huida del pintor li

La huida del pintor Li.
La historia del pintor Li continúa así:
"Un día Li pintó un gran cuadro maravilloso.
Li había hecho su mejor obra; la que llevaba siempreen su pensamiento y en sus sueños. No le parecía una pintura de su país, sino su país mismo recogido en el cuadro como un milagro.
El pintor no podía entrar en lasgrandes salas destinadas a fiestas y recepciones de príncipes y nobles, y espiaba para poder ver su cuadro a través de las puertas entreabiertas. Un día, ausentes un momento losguardianes, descolgó el cuadro y se lo llevó para esconderlo en su taller, donde podría contemplarlo siempre que lo deseara. La voz de alarma resonó impotente y se extendió portoda la ciudad. La pintura maravillosa había desaparecido. Por fin hallaron el cuadro en el taller de Li, escondido entre tablas y lienzos que aún no había terminado depintar. El Emperador mandó encarcelar a Li y le ordenó que siguiera pintando en la prisión para adornar el palacio. Pero Li no podía pintar, le faltaban luz a sus ojos y alegría asu corazón. El emperador lo llevó de nuevo a palacio.
-Para que te contentes te dejaré a solas con tu cuadro unos momentos cada día; si intentas enojarme serás castigadosin compasión.
Un día ya no pudo resistir más. Se acercó, dio un pequeño salto, se metió en el cuadro, corriendo, sin descanso, alejándose hasta perderse en elhorizonte azul.
Cuando los guardianes entraron para llevarse a Li no lo encontraron. El Emperador se enfureció. Imposible que hubiera salido sin ser visto. Un sabio mandarínencontró la explicación del misterio. Li había huido por el cuadro, metiéndose y corriendo por el paisaje que había pintado. Aún se veían sus pisadas en la hierba de los prados".