La humildad

La Humildad

La primera cala, en el lenguaje. Humildad conecta con “humus”, la tierra fecunda para la vida. Con ello, se nos recuerda que, al menos en su origen latino, la humildad se halla ligadade forma indisoluble a la tierra, en cuanto ésta es posibilidad de crecimiento, de desarrollo, de creatividad. En efecto, al igual que sin cierta forma de humus nada puede crecer, sin humildad no cabedesarrollo para la persona. Progresar en cualquier valor reclama genuinamente al sujeto humano ser humilde, a fin de reconocer que ha de mejorar y tender con sencillez hacia ello.
Aún más, estaconexión entre lo humilde y la tierra indica que no se trata de una propiedad secundaria -la de la humildad- para los humanos. Porque ya el ser humano mismo está emparentado a su vez profundamente conla tierra, vinculado a ella de un modo nuclear. Gran parte de la sabiduría universal así lo testimonia; por ejemplo, la tradición bíblica refiere este íntimo lazo entre lo humano y lo terrestre, elnudo de nuestro ser con su ámbito o lugar (su “eco”) de génesis y desarrollo vital. Adviértase, pues, que no es mera coincidencia el que, en el lenguaje bíblico, la propia palabra “humano” (“adam”)conecte con el vocablo que señala a la “tierra”

En definitiva, he aquí una cadena de preciosos eslabones: humildad, humano, tierra...
Debido a lo precedente, podemos afirmar que ser humilde consisteante todo en “atender a la realidad” (ser realista), en “andar con los pies en la tierra”, bien asentados sobre la base o el substrato de lo que de verdad hay. Humilde es, pues, quien no temearraigarse firmemente en el mundo, o mirar con sencillez cuanto le rodea y, en especial, dentro de sí mismo. El que se atiene en primer lugar ni más ni menos que a lo que existe de verdadero, y lo reconocecomo tal. Por esto, Pieper nos recuerda que esta virtud consiste ante todo en que el ser humano se tenga por lo que realmente es. Parece pues cierto que la humildad comporta, desde su momento...