la idea del hombre

SECCIÓN DE ÜIIIWJ DE FU..olDIU'.

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mente algún modo de racionalizar la historia sin deshumanizarla.
El hombre enajenado de s( mismo por la ley de la historia, o
bien privado de razón porla ilegalidad de su arbitrio: estas son
consecuencias vitales, finales e imprevistas, de una decisión que es
puramente técnica. Lo decisivo es el método: el simple repudio
de las consecuencias nobasta para obtener una clara comprensión
(ilosófica. El primer paso, que era esa reforma del método, esta·
blec!a como principio directivo la necesidad de partir de los hechos
y :ttenerse a ellos,sin supuestos, sin apriorismos, sin especul:tciones
abstractas; y sobre todo, sin la ambición de encuadrar en un mismo esquema las realidades que, fcnomcnológic:lmcnte, se reconocen como distintas.
.Por ejemplo: una categorla que sirve para cualquier género de
entidades es la de individualidad. El ente es unitario, en cl semi·
do de singular, lo mismo si es humano que no Jmmano. Existencia
esindiuidunlidatl. Pero el método fenomenológico nos habilita para
emplear con cautela este concepto. No
decidido de :lntem.ano
si !:1 individuación en el hombre es equivalente a la de una cosa. Elheclto de que el concepto de individualidacl
común, no nos
autoriza a pensar que la constitución y las
existenciales
del ente humano sean
a las de otros entes.
Lo cual se confirma de inmediatoen un concepto conexo, que
también es común, o sea el de relación. l111liuirlunlidnd c.r rclnl i·
de dos maneras: cada uno
uirlnrl. Todo ente es relativo, y lo
remite a otros lógicamente, ydepende de otros funcional·
mente. Es en este aspecto funcional o existencial donde surgen las
diferencias en la relatividad, corno indicio de las diferencias ontológicas. L1 ley de las relacionesfuncionales es invariable en los
entes que poseen definición completa; es decir, aquellos cuya proinalterable, cuya relatividad es definitiva.
pia individualidad
Pero no ocurre lo mismo en el hombre....