La identidad perdida y la cultura masificada

LA IDENTIDAD PÉRDIDA Y LA CULTURA MASIFICADA: UN DIAGNÓSTICO
María Rosa Palazón M.*
Este artículo propone la necesidad de asumir una utopía; para Ricoeur ésta ha de comprender la ética, según la definición aristotélica, y la moral deóntica kantiana. Además, en otra coincidencia con Ricoeur, la autora plantea la necesidad de tener una personalidad colectiva e individual diferenciadas. En sudiagnóstico de época actual, desde la perspectiva económico-política y desde los medios de comunicación y las artes en internet, la autora observa una enorme crisis y un fuerte nihilismo (los ideales, prospectivos o futuristas, parecen ausentes), así como una identidad personal y colectiva enajenadas

I
En medio de negros vaticinios, Heidegger caracterizo al ser humano como Dasein: un ser o estarahí en unas coordenadas espacio-temporales. Dijo que el Dasein ejerce la “cura” o preocupación y los otros ubicados al alcance de sus miras. Se siente concernido por sus antepasados, por sus contemporáneos y sucesores, por lo que hubo, hay y habrá, por lo que sucedió, sucede y sucederá. Por otro lado, Paul Ricoeur1 describe al si mismo (que puede sustituirse por todos los pronombres personales,aunque en estas paginas se aplica el yo y el nosotros) como poseedor de una identidad idem o mismidad (esto es, como un centro de arraigo y punto acumulativo de experiencias que no quedan flotando, sino que le pertenecen) y de una identidad ipse o cambiante, histórica. Como somos vida creativa, nos considera libres y, por lo tanto, sujetos de imputación moral. La conducta moralmente reprobable—agrega este hermeneuta— es propia de la dominación, de las ambiciones desmedidas o pleonexía, en términos de Aristóteles, que confunde medios y fines (por ejemplo, el poder político o medio para cumplir ciertos objetivos sociales se vuelve la única finalidad; lo mismo vale para la locura de acumular dinero por el dinero mismo). La conducta deseable es la que se compromete en la lucha por una vida buenapara y con los otros en instituciones justas (ideal que cada Dasein llena de contenidos específicos, dependiendo de la situación historia en que se desarrolle). Este compromiso se debe tamizar siempre por los tres imperativos de la moral deóntica (o que establece las máximas obligatorias) kantiana, a saber: la autonomía o capacidad de elección individual, el dialogo, la solidaridad y el respeto,por el cual tratamos al otro como fin y no solo como medio; y la Regla de Oro o imaginario contrato social, que nos induce a comportamos respetuosamente con el otro, tal como desearíamos que lo hicieran con nosotros. Por ultimo, las mas conspicuas teorías de la comunicación ensenan que para que se de realmente la comunicación, es necesaria la diferencia, es decir, que los emisores tengan unaperspectiva diferenciable que sea, de alguna manera, una y única, para que nos entreguen mensajes informativos que rebasen lo ya sabido o redundante. Pertenecer a un si mismo colectivo o nos con una identidad colectiva y en el que cada yo tenga una identidad colectiva y personalizada (formamos parte de un nosotros), es condición sine qua non de la libertad o autonomía que facilita la ética, la moral, la“cura” , el dialogo, la creatividad, los avances históricos, la comunicación y la vida misma.
Las observaciones anteriores parecen sucumbir ante la realidad. Los síntomas culturales de la enfermedad social que nos aqueja han sido registrados desde la lente de algunos cineastas y escritores. El mundo entero esta lleno de una pandemia nihilista y de un pragmatismo que reduce al otro a meroinstrumento. “El ser con” que somos, en tanto somos una especie social, se siente actualmente manipulado y hundido en la soledad. La sensibilidad de muchos los ha llevado a la depresión. “Mundo globalizado” no es sinónimo de mundo internacionalizado, sino de mundo aplastado en la repetición masificadora; en el “uno” dice o hace; en el “ se dice” , sin que nadie se comprometa y sin que se oiga la voz...