La identidad sujeta a un ayer sabido, a un presente que se cofunde y a un mañana…
Ahora bien, si es la identidad un conjunto de hechos,manifestaciones, actos, como quieran denominarse, reconózcase que su procedencia se debe a una serie de procesos relacionales que en primera medida sugieren el contacto con los otros. Y por más autenticoque se pretenda el modo de concebir el mundo, sus agravantes y vicisitudes implícitas, va estar presente el ideal de cultura y tradición que repercute desde la infancia en nuestra configuración comosujetos. No obstante, parece indiscutible, por ejemplo, que aspectos universales como el miedo, puedan denotar también un grado de especificidad. Claro que sí, el sentir es diferente, el sistemaconceptual que se renueva y alimenta a cada rato, nos presenta una “realidad” diversa y fragmentada.
En Colombia, como en cualquier país del mundo, se reafirma la identidad a partir de sucesos que se vanprendiendo, algunos con las uñas, de eso que llamamos historia. Si han sido causales o casuales, seria un asunto para discusiones extensas que ahora no pretendo. Lo que quiero asumir como postuladoahora es que somos producto de sucesos que no se han dado de la noche a la mañana.
En la década de los ochenta, por ejemplo, Colombia hace apertura a estos tiempos con un suceso sin duda de gran...
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