La idolatria
Para personas educadas, las clases más primitivas de idolatría han cesado de ser atractivas.Encuentran fácil resistir a la tentación de creer que determinados objetos naturales son dioses o queciertos símbolos e imágenes son las formas mismas de entidades divinas y como tales deben seradoradas y aplacadas. Cierto que mucha superstición fetichistaperdura todavía en nuestros días.Pero, aunque sobreviva, no se considera respetable. Como la bebida y la prostitución, las formasprimitivas de idolatría son toleradas, pero no aprobadas. Su lugar, en la acreditada jerarquía devalores, está entre los más bajos
Cuan distinto es lo que ocurre con las formas de idolatría desarrolladas y más modernas!Éstas han logrado no solamente la supervivencia, sino elmás alto grado de respetabilidad. Sonrecomendadas por hombres de ciencia como un sucedáneo muy al día de la religión auténtica, y por muchos maestros religiosos profesionales son igualadas al culto de Dios. Todo esto puede ser deplorable; pero no tiene nada de sorprendente. Nuestra enseñanza desacredita las formas más primitivas de idolatría; pero al mismo tiempo desacredita o, en el mejor caso,desconoce la Filosofía Perenne y la práctica de la espiritualidad
En lugar de faramalla al pie y la divinidad inmanente y trascendente en la cima,
erige,
como objetos de admiración, fe y veneración, un panteón de ideas e ideales estrictamente humanos. En los círculos académicos y entre los hombres que fueron sometidos a la educación superior, hay pocos fetichistas y pocos devotoscontemplativos; pero los devotos entusiastas de alguna forma de idolatrí apolítica y social abundan tanto como las zarzamoras. Harto significativo es el hecho, que heobservado en las bibliotecas universitarias, de que los libros sobre religión espiritual fuesen pedidos con mucho menor frecuencia que en las bibliotecas públicas, visitadas principalmente por hombres y mujeres que no habían gozado las ventajas,o sufrido los inconvenientes, de una enseñanza académica prolongada
Las muchas variedades de idolatría superior pueden clasificarse en tres secciones principales: tecnológica, política y moral. La idolatría tecnológica es la más ingenua y primitiva de las tres; pues sus fieles, como los de la idolatría inferior, creen que su redención y liberación dependen de objetos materiales -mecanismos eneste caso. La idolatría tecnológica es la religión cuyas doctrinas son promulgadas, explícitamente o por inferencia, en las páginas anunciadoras de nuestros diarios y revistas; la fuente, puede añadirse, de donde millones de hombres, mujeres y niños de los países capitalistas sacan la filosofía de la vida por la que se rigen corrientemente. También en la Rusia soviética fue predicadaesforzadamente la idolatría tecnológica, que se convirtió, durante los años de industrialización de ese país, en una especie de religión del Estado. Tan entusiasta es la moderna fe en los ídolos tecnológicos que (pese a todas las lecciones de la guerra mecanizada) es imposible descubrir en el pensamiento popular de nuestro tiempo ningún rastro de la antigua doctrina ,profundamente realista, de la húbris y laineludible némesis.
Hay una creencia muy difundida enque. por lo que a mecanismos se refiere, podemos obtener algo por nada; podemos gozar todas las ventajas de una tecnología complicada, desproporcionada y en progreso constante, sin tener que pagar por ellas con compensadoras desventajas
Sólo un poco menos ingenuos son los idólatras políticos. Éstos han sustituido el culto de losmecanismosredentores por el de redentoras organizaciones sociales y económicas. Impóngase laclase adecuada de organizaciones a los seres humanos, y todos sus problemas, desde el pecado y ladesventura al nacionalismo y la guerra, desaparecerán automáticamente. La mayoría de idólatraspolíticos son también idólatras tecnológicos -y ello a pesar de que las dos seudorreligiones son, enúltimo término,...
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