La Iglesia Evangélica Y Su Misión Como Atalaya Del Reino De Dios, “La Oración De Vigilia”, Solicitud Por Velar, Una Urgencia Del Reino.
Páginas: 28 (6842 palabras)
Publicado: 15 de enero de 2013
ENSAYO TEOLÓGICO
Quito, 25 diciembre 2012
Carmita Noriega Sandoval
SEMISUD
LA IGLESIA EVANGÉLICA Y SU MISIÓN COMO ATALAYA DEL REINO DE DIOS,
“La oración de vigilia”, solicitud por velar, una urgencia del Reino.
¡Vamos, siervos del Señor!
¡Bendecid al Señor todos vosotros,
que estáis en su templo por las noches!
¡Elevad vuestras manos al santuario
y bendecid al Señor!
¡Que elSeñor, creador del cielo y de la tierra,
te bendiga desde el monte Sión!”
Salmo 134
Velando en medio de mi noche, mis dudas y perplejidades, al ser parte de una iglesia tibia, que en lugar de ser atalaya del Reino, duerme atrapada en un sistema religioso; cautiva, sin saber para dónde dirigirme, tentada a desenvainar la espada como Pedro en aquella noche angustiosa en monte de los Olivos; enmedio de mi clamor que grita al son del salmista: ¡“Haz volver nuestra cautividad, oh Jehová, como los arroyos del Neguev” ! , por la gracia divina soy despertada y guiada a entrar en sobriedad.
Nuevamente la sencillez y el poder del evangelio es puesta ante mis ojos cuando me encuentro con el pequeño libro: “Jesús y los revolucionarios de su tiempo” de Oscar Cullmann, que me invitó areflexionar, sobre cuál fue la actitud de Jesús frente a la crisis de las instituciones de carácter cultural, social y político de su tiempo; y tomándome de la mano como a un niña, me condujo hasta hacerme comprender, que Jesús no pretendió cambiar las estructuras terrenas, aunque estuvieran mal, porque su mirada, su horizonte era escatológico, su mirada estaba en las “cosas de arriba y no en las de latierra”.
En medio de este corto viaje, no sólo que logro entrar en cordura, sino que mis heridas son sanadas y hallo reposo. A través de la lectura soy transportada al mismo día en que Pedro sacó su espada para herir, y logro ver también a Jesús, veo a Jesús batallando con la “suprema tentación”, aquella con la que luchó cada vez que de las turbas le ofrecían la realeza. ¡“Basta ya; dejad”! es laexpresión que Lucas utiliza para mostrar su firme decisión de ir hacia la muerte; pero además tiene el cuidado de añadir: “y tocando su oreja le sanó”; tierna y fortificante expresión que logra conmover mis entrañas, puedo contemplar la majestad del Humillado extendiendo su mano para sanar a su apresador. Siento su mano sobre mí.
En este reposo quieto, soy motivada a buscar, indagar, “investigarcon diligencia” para responder a preguntas tales como: ¿Cómo ha de actuar la iglesia para salir del inmovilismo y sopor en que se yergue, sin pretender instaurar la perfección del Reino ahora? ¿Dónde está la sabiduría para purificar sin destruir? ¿Qué hacer para estar preparados, ahora en que la noche está avanzada?
En medio de estos interrogantes descubro en mí, una actitud que me guía haciael escritor del tercer evangelio, Lucas, “el médico amado”, y a la vez hay una palabra que resuena en mi interior: “vigilar”, “velar”, “atalayar”.
Así que, después de observar brevemente el carácter de este servidor del Reino, la prolijidad y cuidado para presentar sus escritos, hace que mi corazón se incline por abordar el tema de “la vigilia”, desde la perspectiva de Lucas, “el cantor de ladulzura de Jesús”, como tantas veces se ha dicho.
Agustín George, con respecto al trabajo literario de Lucas, manifiesta que éste, a diferencia de Mateo y Marcos muestra una claridad occidental, y no se contenta con utilizar los materiales de la tradición, sino que los selecciona, organiza y redacta; lo cual le hace más familiar y asequible a nuestro contexto; esto, sin dejar de anotar el hecho deque en Lucas “la lengua es muy variada, mucho más griega que la de los demás, al menos en los relatos, y sin embargo mucho más semítica en las palabras de Jesús”.
Por otro lado, los textos atribuidos a Lucas, cuyo tema central es la obra y la persona de Jesús; parece contener en sus páginas, la historia de nuestros días y la que se habrá de escribir por delante hasta la consumación de los...
Quito, 25 diciembre 2012
Carmita Noriega Sandoval
SEMISUD
LA IGLESIA EVANGÉLICA Y SU MISIÓN COMO ATALAYA DEL REINO DE DIOS,
“La oración de vigilia”, solicitud por velar, una urgencia del Reino.
¡Vamos, siervos del Señor!
¡Bendecid al Señor todos vosotros,
que estáis en su templo por las noches!
¡Elevad vuestras manos al santuario
y bendecid al Señor!
¡Que elSeñor, creador del cielo y de la tierra,
te bendiga desde el monte Sión!”
Salmo 134
Velando en medio de mi noche, mis dudas y perplejidades, al ser parte de una iglesia tibia, que en lugar de ser atalaya del Reino, duerme atrapada en un sistema religioso; cautiva, sin saber para dónde dirigirme, tentada a desenvainar la espada como Pedro en aquella noche angustiosa en monte de los Olivos; enmedio de mi clamor que grita al son del salmista: ¡“Haz volver nuestra cautividad, oh Jehová, como los arroyos del Neguev” ! , por la gracia divina soy despertada y guiada a entrar en sobriedad.
Nuevamente la sencillez y el poder del evangelio es puesta ante mis ojos cuando me encuentro con el pequeño libro: “Jesús y los revolucionarios de su tiempo” de Oscar Cullmann, que me invitó areflexionar, sobre cuál fue la actitud de Jesús frente a la crisis de las instituciones de carácter cultural, social y político de su tiempo; y tomándome de la mano como a un niña, me condujo hasta hacerme comprender, que Jesús no pretendió cambiar las estructuras terrenas, aunque estuvieran mal, porque su mirada, su horizonte era escatológico, su mirada estaba en las “cosas de arriba y no en las de latierra”.
En medio de este corto viaje, no sólo que logro entrar en cordura, sino que mis heridas son sanadas y hallo reposo. A través de la lectura soy transportada al mismo día en que Pedro sacó su espada para herir, y logro ver también a Jesús, veo a Jesús batallando con la “suprema tentación”, aquella con la que luchó cada vez que de las turbas le ofrecían la realeza. ¡“Basta ya; dejad”! es laexpresión que Lucas utiliza para mostrar su firme decisión de ir hacia la muerte; pero además tiene el cuidado de añadir: “y tocando su oreja le sanó”; tierna y fortificante expresión que logra conmover mis entrañas, puedo contemplar la majestad del Humillado extendiendo su mano para sanar a su apresador. Siento su mano sobre mí.
En este reposo quieto, soy motivada a buscar, indagar, “investigarcon diligencia” para responder a preguntas tales como: ¿Cómo ha de actuar la iglesia para salir del inmovilismo y sopor en que se yergue, sin pretender instaurar la perfección del Reino ahora? ¿Dónde está la sabiduría para purificar sin destruir? ¿Qué hacer para estar preparados, ahora en que la noche está avanzada?
En medio de estos interrogantes descubro en mí, una actitud que me guía haciael escritor del tercer evangelio, Lucas, “el médico amado”, y a la vez hay una palabra que resuena en mi interior: “vigilar”, “velar”, “atalayar”.
Así que, después de observar brevemente el carácter de este servidor del Reino, la prolijidad y cuidado para presentar sus escritos, hace que mi corazón se incline por abordar el tema de “la vigilia”, desde la perspectiva de Lucas, “el cantor de ladulzura de Jesús”, como tantas veces se ha dicho.
Agustín George, con respecto al trabajo literario de Lucas, manifiesta que éste, a diferencia de Mateo y Marcos muestra una claridad occidental, y no se contenta con utilizar los materiales de la tradición, sino que los selecciona, organiza y redacta; lo cual le hace más familiar y asequible a nuestro contexto; esto, sin dejar de anotar el hecho deque en Lucas “la lengua es muy variada, mucho más griega que la de los demás, al menos en los relatos, y sin embargo mucho más semítica en las palabras de Jesús”.
Por otro lado, los textos atribuidos a Lucas, cuyo tema central es la obra y la persona de Jesús; parece contener en sus páginas, la historia de nuestros días y la que se habrá de escribir por delante hasta la consumación de los...
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