la ilustracion
Eso es sencillo de entender. Pero hay otros peligros que enfrentan los niños y aun los jóvenes que no pueden percibir. Los mayores los debemos conducir, enseñar, para que puedan sobrevivir a ellos.
Llega el momento en que yano somos niños, que debemos tomar nuestras propias decisiones, usar las enseñanzas que nos han dado para crecer.
Hay algunos que se rehúsan a crecer, a llegar a planos de pensamiento más adultos. Enque las fantasías deben quedar a un lado y vivir en función de realidades.
Pero las fantasías son más bonitas que la realidad, por eso muchos se rehúsan a crecer.
En la infancia, la falta deconocimientos y experiencia, así como la dependencia de los padres para la supervivencia producen una imagen de inefabilidad paterna, que lleva a una dependencia de la orientación paterna, antes que laconfianza en el propio entendimiento.
Paulatinamente los padres van perdiendo autoridad moral y cognitiva como consecuencia en las crecientes disonancias cognitivas que se forman entre lo que elniño en desarrollo observa y las enseñanzas y ejemplos en casa.
Esto llega a un pico en la adolescencia, coincidente con el acercamiento a la maduración sexual, que además se refuerza con un crecienteantagonismo que suele derivar (como en otras especies de mamíferos) con la disolución del cuidado parental y la partida de los hijos, ventajosa porque reduce el entrecruzamiento que reduce lavariabilidad genética e incrementa el riesgo de acumulación de genes recesivos deletéreos.
Sin embargo, la religión, el dogmatismo político-ideológico, la pedomorfosis intelectual socialmente inducida por elalargamiento de la etapa de aprendizaje, llevan a prolongar e incluso evitar esta maduración intelectual que lleva a la confianza en el razonamiento propio.
Así, la dependencia de una guía...
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