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Páginas: 66 (16277 palabras) Publicado: 22 de febrero de 2013
La Pareja Perversa
La Pareja Perversa. J. Clavreul.
El deseo y la Perversión. Editorial Sudamericana. P.117-155. Buenos Aires. 1967.

LA PAREJA PERVERSA[1]
J. Clavreul

Hablar de pareja perversa supone una paradoja: esto es lo que no puedo dejar de destacar desde el comienzo de esta comunicación. A esa paradoja se referirán necesariamente los principales temas de la discusión, ofreciendoeste trabajo a una crítica que podrá preguntar con qué derecho nos permitimos vincular aquí la noción de pareja con la de perversión.

En efecto, los recientes trabajos sobre la perversión -aquí me refiero esencialmente a los de la Escuela Freudiana de París- nos disuaden, evidentemente, de tratar la cuestión de la pareja perversa como el estudio de las incidencias de una perversión en la vidade una pareja constituida. Semejante enfoque implicaría necesariamente que considerásemos el acto perverso como un fantasma actuado cuyo actor sería un sujeto normal o neurótico. Ahora bien, todos los trabajos recientes tienden a demostrar que, por el contrario, el acto perverso es consumado por Sujetos cuyas catequizaciones libidinales, cuyas relaciones con el Deseo y con la Ley, son profundamentediferentes de las del neurótico. De allí que, mejor que hablar de perversión (en singular o en plural), hablamos de estructura perversa, en tanto ésta permite un acercamiento al problema de la perversión relativamente independiente de la modalidad particular que puede adoptar tal o cual acto perverso.

Es aquí donde encontramos la paradoja: al aislar una estructura perversa, distinta de la delsujeto normal o neurótico, ¿no le negamos al perverso el beneficio de conocer, de participar de ese desenlace último de la evolución libidinal, de ese triunfo extremo de la vida sexual, de ese “amor” del que cada uno dirá de buena gana que sólo él es capaz de mantener la solidez de una pareja? ¿La estructura perversa es compatible con el amor? Esta sería una primera pregunta que nos inclinamos acontestar negativamente. Pero si no hay amor, ¿cuál es, pues, ese lazo que asegura la extraordinaria solidez de ciertas parejas de perversos? Esta podría ser una segunda pregunta. Por fin, y éste no es el problema menos importante de los que me importa rescatar hoy, ¿qué ocurre en la relación psicoanalítica cuando es un perverso el que se introduce en ella? ¿Nuestro aparato conceptual nos permitehablar convenientemente de la pareja constituida por el perverso y su analista? ¿Nos es posible, en particular, retomar la noción de "transferencia" tal como la utilizamos en el análisis de un neurótico?

No pretendemos, por supuesto, contestar aquí estas preguntas, dado que nuestra ambición es sólo hacerlas avanzar un poco: así justificaremos el haber elegido el tema de la pareja perversa, nopara intentar un estudio clínico, estudio que sólo podría reunir elementos muy dispares, sino para abrir algunas brechas, tanto finalmente en nuestro enfoque de la estructura perversa como en la idea que tenemos más o menos explícitamente de la relación amorosa, de las catectizaciones libidinales que supone una vida en pareja.

Esta brecha, por la que podemos legítimamente introducir al perversoen la vida de la pareja, podemos localizarla a partir de ahora en esto: de ese amor del que se habla con facilidad e incluso con ligereza a propósito de las parejas constituidas, de ese sentimiento complejo que -cualquiera sea el sentido que se le dé- finalmente da cuenta bastante bien de la dificultad que existe para explicar la fijeza de una catectización libidinal sobre un ser privilegiado,conviene observar que son los perversos quienes en general hablan mejor. Discursos, poemas, descripciones novelescas, cualquiera que sea la expresión, el lector no informado no puede estar seguro de que su juicio le permita reconocer si el autor mismo es o no perverso.

Y al mismo tiempo, ¿no es evidente que, en lo esencial, la literatura erótica esté hecha de lo que los perversos han escrito al...
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