La iniquidad de género
Las pautas culturales, predominantemente ancestrales, en cuanto al lugar y el rol de la mujer en la sociedad son reforzadas con tenacidad por las instituciones sociales clásicas, comola familia, la Iglesia, los organismos empresariales etc.
A su vez ello incide y condiciona, inevitablemente, los ámbitos público y privado. Al mismo tiempo, estas pautas en parte provienen de uncontrato sexual que establece que las mujeres se dediquen a la producción y reproducción del ámbito privado y los varones se dediquen a la producción de lo público; las mujeres se encarguen de la vidafamiliar intrahogar y los varones del sustento económico que se obtiene en la esfera pública. Y estas premisas se consolidan, incluso, en los momentos y movimientos de apertura-cambio, urgencia y crisis.En este sentido, Elizabeth Jelin (1996) confirma que en América Latina el aumento de la participación femenina en la fuerza del trabajo a partir de los años setenta fue de importante magnitud.
Noobstante, a la hora de evaluar este ingreso, agrega que tal inserción se vio teñida de discriminación en los salarios, concentración de tareas disponibles en el marco de lo típica y socialmenteprescrito como tarea para las mujeres (secretaria, docente, enfermera, etcétera). La masculinización o feminización ocupacional no se perfila únicamente en términos de la proporción de hombres o mujeres...
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