La Inoportuna Muerte Del Presidente

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La inoportuna muerte del presidente
Primera edición: marzo, 2011
D. R. © 2011, Alfredo Acle Tomasini
D. R. © 2011, derechos de edición mundiales en lengua castellana:
Random House Mondadori, S. A. de C. V.
Av. Homero núm. 544, col. Chapultepec Morales,
Delegación Miguel Hidalgo,11570, México, D. F.
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ISBN 978-607-310-383-1
Impreso en México / Printed in Mexico

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A Patricia

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Un traidor es un hombre que dejó su partido
para inscribirse en otro.
Un convertido es un traidor que abandonósu partido para inscribirse en el nuestro.
G

B

C

(1841-1929)

Hay puñales en las sonrisas de los hombres;
cuanto más cercanos son, más sangrientos.
W

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S

(1564-1616)

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Capítulo I

Las cortinas impedían la entrada del sol matutino. Aun así, los
tenues rayos del amanecer decembrino podían ltrarse debajo
de la puerta yarrastrarse por el piso.
La penumbra creaba una sensación ambigua; amanecía,
pero nadie de los que ahí estaban deseaba que eso sucediera.
Sin que entre ellos hubiera mediado palabra, estaba claro
su tácito acuerdo para mantener todo entre sombras, como si
esa oscuridad arti cial les permitiera abrir un breve paréntesis
en el tiempo.
—¿Cuándo ocurrió? —preguntó el secretario particular con
undejo de rabia.
—A juzgar por la tonalidad de sus músculos, por lo menos
hace seis horas —contestó el mayor Sergio Peralta, médico de
cabecera del occiso durante los últimos dos años y medio.
El gesto adusto de Axkaná Guzmán hizo evidente su molestia por esa respuesta lacónica, tan común en el lenguaje telegrá co y casi monosilábico de los militares: “sí señor, no señor,
positivo, negativo,correcto, incorrecto”.
—Bueno, entre seis y ocho —agregó el militar, buscando
conectar con su interlocutor.
Éste lo veía jamente, pero su mirada desconcertaba al médico, no entendía si era coraje o dolor lo que re ejaba, por lo
que pensó que en esas circunstancias lo mejor era mostrarse
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empático. Más aún, porque sabía que la relaciónentre ellos,
por razones que desconocía, nunca había pasado de cubrir las
mínimas formalidades de la cortesía.
—No parece que haya sufrido —añadió en tono de consuelo—. Simplemente le dejó de funcionar el corazón mientras
dormía. Fue un paro cardiaco. Si observa, la posición de su cuerpo, de sus brazos y su gesto, no revelan que haya habido dolor.
La ropa de cama está ordenada y no da laimpresión de que
el señor haya intentado levantarse o que hubiera fallecido después de estar agitado. Le examiné la boca y no vi indicios de
vómito.

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Aún encorvado, ese cuerpo inmenso y voluminoso se hundía y
llenaba toda la cama. Axkaná se preguntaba cómo, cuando todavía vivía la esposa del muerto, pudieron caber ambos en ese
espacio. Recordó lo pequeña que era la mujer y cómo quienespor vez primera conocían a la pareja, como a él mismo le había
sucedido, quedaban sorprendidos por lo contrastante de sus tallas, lo que en el ambiente político sirvió de abono para que
más de uno inventara cualquier cantidad de supuestas anécdotas y chistes, algunos de los cuales eran en extremo vulgares.
Le pareció curioso que en esa postura hubiera muerto; doblado hacia delante. Como un feto...