la intimidad en los nombres del aire: Alberto Ruy Sanchez
“Más de una vez en la vida del Sonámbulo,
ésta le da peras en vez de manzanas.
Pero el Sonámbulo descubre con gran placer
que ahora le gustan más las peras.”
Alberto Ruy Sánchez.
La intimidad es un ente protector de nuestros deseos, configura lo que ha de salir a la realidad. La mirada tan riguroso conducto de homeostasispsicológica, alimenta la caricia soñada de la piel, cuando un deseo nos embarga al roce de la realidad. Al igual que un día gozamos del derecho sobre nuestros esfínteres, ahora soberanos ojos en una micción placentera, invaden, muerden y recelan el objeto de su deseo. Dice Xavier Villaurrutia: “Sin más que una mirada y una voz que no recuerdan haber salido de ojos y labios ¿Qué son labios? ¿Quéson miradas que son labios?”
En Los nombres del aire se habla de la mirada fija de Fatma el personaje principal, cuyo gesto ausente y depravado a la vez; intriga aquellos que le encuentran. Lo cual es síntoma de compartir las sombras del día con nuestros fantasmas del deseo. “El horizonte no existe… es un hilo que se rompe a cada parpadeo”. El narrador reitera como la mirada corrompe la imagenconceptual de los objetos, libera el aire embriagante de los sueños, recuerdos y obsesiones. Como hormiguean miles de helmintos en nuestro cerebro después de de un arrebatado recuerdo, dándole el aura necesaria a las sombras que nos acompañan.
Cada personaje acomete en la intimidad el objeto de su deseo en un placer autoerótico. Embistiendo a su manera las posibilidades que dan unicidad al recuerdode su experiencia ficticia, con un halo de veracidad y objetividad concebida por la trasladación de su perspectiva.
El narrador acentúa detalles donde el día, a pesar de la luz, presta un ambiente perfecto para que las ensoñaciones se adapten al juego de sombras y objetos, tales como las celosías
en tan sensual reminiscencia, provocando una configuración diseccionada de la ventana deFatma.
Un horizonte seccionado como los recuerdos que nos vienen del ser amado: la mejilla, la nuca, el dorso, la mano y otros sitios donde se postran ojos y labios. Es aquí donde la intimidad enlaza el presente-pasado, el sabido sabor de la saliva. Fatma une sus dedos a las huellas de su amada, que preceden como manos que la guían desde el interior; así fulgura el hilo de una realidad con otra, enun juego interminable de espejos.
Si bien la novela narra una historia seccionada sin orden ni conclusión, es una historia propia de intimidades, pues la intimidad es autónoma y carece de lazos, porque cada personaje afina sus deseos, sin la necesaria aprobación del objeto deseado.
Así también cuando deseamos a alguien es parte por parte: pies, labios, aislando el objeto deseado del todo. Porejemplo cuando el comerciante gordo Amjrus que desea a Fatma, concreta su deseo comparando los dos peces globo con las nalgas púberes de Fatma, su aura completa la idea erótica que Amjrus necesita. Aquí observamos como el fenómeno de separación entre la experiencia estética y el objeto estético, que Roman Ingarden propone en su libro La comprehensión de la obra de arte literaria (1989) se afirma.Pues los recuerdos toman parte de solo aquello que les interesa, no de la veracidad, sino de lo que se desea recortar en las proporciones reales de su deseo. Identificando en ese fementido pasado una verdadera posibilidad que se aproxima en el presente.
En el caso de Mohamed cuando le propone a Fatma su deseo por ver los zapatos de esta bajo su cama, y ella contesta que siempre guardará los suyosen su propio armario; Mohamed toma el valor que desea en esa contestación como una aprobación tímida. Corroborando la idea de cómo la realidad se nos muestra autónoma y veraz en las fosas de la intimidad.
Kadiya es el único personaje que traslada su deseo a un aire más blanco y un tanto ingenuo, su recuerdo es místico y sublime, sobre su nativo origen; antes de ser vendida al barco de los...
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