La Ira de Gaia
Páginas: 2 (290 palabras)
Publicado: 4 de noviembre de 2013
La ira de Gaia.
El mar huye. Huye de sus valles y montañas, millas y millas adentro. Incluso los pequeños hilillos de agua que aún brillan sobre la tierra mojada seestán difuminando, como llamados por un ser superior para cumplir un propósito. Si agudizas el oído, quizás hasta logres oír los cuernos y tambores que llaman a la marpara la batalla, un suave silbido y un retumbar parecido al ronroneo de un gato.
En cuestión de minutos, el ronroneo pasa a ser un estruendo como el de miles de caballosal galope. Las tropas fieles al Dios del mar se alzan y galopan por sus tierras anteriormente abandonadas. Un muro fluido avanza veloz, imparable. Frente a él, orgullosos,los gigantes de acero y piedra, símbolo del poder del ser humano. Inmóviles e impasibles, aguardan su final.
El choque hace temblar el cielo, dando así inicio lamasacre. La fuerza del mar arrasa, destroza y engulle toneladas de piedra, acero y asfalto. Puentes que se parten. Edificios que se derrumban. Carreteras que se hunden. Todo elpoder del ser humano arrasado y posteriormente engullido por las fuerzas de la Naturaleza en cuestión de minutos. Una macabra banda sonora, formada por gritos, crujidosy el sonido del imparable avance de las aguas, acompaña la escena como si de una película se tratase.
Al fin, el mar comienza a retirarse, llevándose consigo su botínde guerra. Tras él, sólo quedan las heridas sangrantes de su desembarco en tierra. Casas y casas, reducidas a escombros. Grandes rascacielos, desaparecidos. Puentes queya no unen nada. Todos y cada uno de los símbolos de poder del ser humano, reducidos a cenizas. La ira de Gaia ha caído sobre nosotros y no ha mostrado piedad.
El mar huye. Huye de sus valles y montañas, millas y millas adentro. Incluso los pequeños hilillos de agua que aún brillan sobre la tierra mojada seestán difuminando, como llamados por un ser superior para cumplir un propósito. Si agudizas el oído, quizás hasta logres oír los cuernos y tambores que llaman a la marpara la batalla, un suave silbido y un retumbar parecido al ronroneo de un gato.
En cuestión de minutos, el ronroneo pasa a ser un estruendo como el de miles de caballosal galope. Las tropas fieles al Dios del mar se alzan y galopan por sus tierras anteriormente abandonadas. Un muro fluido avanza veloz, imparable. Frente a él, orgullosos,los gigantes de acero y piedra, símbolo del poder del ser humano. Inmóviles e impasibles, aguardan su final.
El choque hace temblar el cielo, dando así inicio lamasacre. La fuerza del mar arrasa, destroza y engulle toneladas de piedra, acero y asfalto. Puentes que se parten. Edificios que se derrumban. Carreteras que se hunden. Todo elpoder del ser humano arrasado y posteriormente engullido por las fuerzas de la Naturaleza en cuestión de minutos. Una macabra banda sonora, formada por gritos, crujidosy el sonido del imparable avance de las aguas, acompaña la escena como si de una película se tratase.
Al fin, el mar comienza a retirarse, llevándose consigo su botínde guerra. Tras él, sólo quedan las heridas sangrantes de su desembarco en tierra. Casas y casas, reducidas a escombros. Grandes rascacielos, desaparecidos. Puentes queya no unen nada. Todos y cada uno de los símbolos de poder del ser humano, reducidos a cenizas. La ira de Gaia ha caído sobre nosotros y no ha mostrado piedad.
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