La isla de las flores
El documental empieza como si fuera una clase dirigida a unpúblico infantil: ¿Qué es un tomate?, ¿qué es una persona?, ¿qué es el dinero? A medida que avanza, uno se da cuenta, de que los conceptos que al principio parecían inconexos, terminan teniendo sentido ydespierta en el espectador un inevitable sentimiento de vergüenza ante la consciencia de la realidad; le obliga a reflexionar sobre el mensaje emitido de injusticia.
Este ensayo poético-político conuna narrativa peculiar e irónica, pero también sencillamente brillante, descompone de manera sencilla los mecanismos de la globalización, como sinónimo de pobreza; a la vez que pone en cuestionamientola metafísica del nombrar, ya que la idea preconcebida de isla y flores nada tiene que ver con el contenido del mismo. El habla ese acto de emitir un mensaje basado en el conocimiento y experienciasde cada individuo, de acuerdo con su estilo propio y personal, no podría en casos como este, reflejar una realidad, de forma tan aplastante, como lo hace la imagen. Imágenes, en este caso, grabadashace ya bastante tiempo, pero desconocidas para la gran mayoría, aunque muy recomendables para todos los mamíferos bípedos, de telencéfalo ¿altamente desarrollado? y pulgar oponible, para un posterioranálisis del comportamiento ridículo y cruel que tiene el ser humano para con sus semejantes sin dinero.
A este vertedero, dónde no sólo llega la basura orgánica, que todos desechamos, llena demicroorganismos y sustancias toxicas (cosas que ni los cerdos pueden comer), aquí llegan también las otras basuras, como las del capitalismo, para convertirse en injusticia, dónde la personas pobres,...
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