La Izquierda En Mexico
Materia: teoría general de sistemas
Profesor: Ricardo García j.
Grupo: 207
Alumno: López López Adalberto
Tema: “el fin de la izquierda”
Que la izquierda aprende lentamente de su propia historia, para no decir de la historia de las masas trabajadoras de México, se demuestra, asimismo, con sus actitudes, contradictorias y muchas veces inconscientes,frente al problema de la lucha democrática dentro y fuera de la organización sindical. El desdén por la bandera de la democratización del sistema político y, sobre todo, de las organizaciones de clase del proletariado cobró su forma más enconada en los movimientos guerrilleros, pero es característico de un amplio sector que se ubica, generalmente, en la izquierda grupuscular, populista y sinpartido de la década actual; integrada por estudiantes o jóvenes profesores universitarios y por grupos políticos de trabajadores marginales del campo o por colonos urbanos, su participación en el movimiento sindical ha sido escasa o muy secundaria, lo que explica su característico repudio a la lucha democrática. No puede decirse que ésta sea la posición que define al grueso de la izquierda y de susprincipales partidos, para los cuales la democracia sindical y política, en general, por lo menos formalmente, es parte esencial de sus programas. Ello no obstante, incluso cuando se trata de su línea sindical, los debates acerca de la naturaleza de esta demanda y del papel que frente a ella ha desempeñado la izquierda son prácticamente inexistentes, lo que nos vuelve a mostrar en toda su magnitudaquella falta de memoria histórica a la que antes nos referimos. La historia política de México a partir de los años cuarenta, en efecto, enseña que nunca fue tan importante la presencia de la izquierda en la política nacional como en las ocasiones en que se empeñó a fondo en la lucha por la democracia.
La reforma política, anunciada ya desde los últimos tiempos del régimen de Echeverría, no cabeduda, es la iniciativa de más largo alcance que el Estado mexicano ha puesto en juego, desde la época de Cárdenas, para recuperar la confianza de la sociedad. Como todas las reformas que se han emprendido desde 1917, su objetivo es conjurar explosiones venidas del seno de las masas populares.
Con cierto retraso, que los mismos gobernantes lamentan, es también fruto de la honda y prolongadasecuela del 68; pero es, sobre todo, una respuesta a la beligerancia política de la izquierda y de las masas insurgentes que ha marcado la última década.
Los objetivos que persigue parecen estar bien claros: se trata de ofrecer a las nuevas fuerzas políticas surgidas en el país, en medio de la crisis, la posibilidad de que practiquen libremente la política de ciudadanos; sin embargo, parece ser unainiciativa que nadie, ni siquiera quienes la han impulsado desde dentro del Estado, sabe en dónde puede acabar o a dónde va a desembocar.
Aparentemente, un riesgo previsto es la competencia con la izquierda en el terreno de la lucha de masas. Pero ésta es una incógnita que, desde luego, no será la contienda electoral sino el movimiento mismo de las masas el quien la despeje, sobre todo, por laactitud que frente a él adoptará el gobierno. En todo caso, la responsabilidad de la izquierda es colosal y mal hará si no se apresta a dar la lucha, además de en las casillas, con organizaciones de masas, así sean las muy pequeñas y endebles que el movimiento sindical independiente ha venido poniendo en pie con tantos sacrificios y penalidades en los últimos años.
En 1995, al reunirse laConferencia de la Izquierda Socialista, un intento por coordinar los múltiples destacamentos que se reivindicaban del marxismo para la acción común, nuestra organización –con el nombre aún de Partido de los Comunistas Mexicanos- planteó a través de Héctor Colío Galindo, que la noción izquierda era ya insuficiente para definir a los marxistas-leninistas, a los partidarios de la revolución y de un...
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