La labor del historiador

Universidad de Chile
Facultad de Filosofía y Humanidades
Historia de la Historiografía
Profesora: Alejandra Araya

El oficio de historiar: ¿Qué hace al historiador ser un historiador?

Michele Benavides Silva

Jueves 3 de Julio, 2008.
Pensando en las miles de ideas que han dado vuelta en mi cabeza desde que entré a estudiar historia para poder abordar este trabajo de algunamanera, me detuve en una: en algún momento de estos casi cuatro años en la Facultad, pensé por qué era que había elegido estudiar historia. Creo no haber vacilado al responderme a mí misma: “porque quería saber la verdad”. Sí, en algún momento de mi vida escolar pensé que podría tener acceso a ello y que el estudio de la historia era una entrada efectiva y plausible. Sin embargo, sabemos quienes‘estudiamos’ historia, que aquella tarea no es tan sencilla, o más precisamente, que tal ambiciosa expectativa es difícil de cumplir por medio del estudio de la ‘Historia’ bajo algún matiz de certeza total. Inserto entonces la pregunta que para este módulo se nos ha pedido desarrollar ¿qué prácticas hacen del historiador un historiador? ¿A qué viene esto en relación a mi inicial viaje de búsquedaadolescente por la verdad? Viene porque precisamente parece ser que estas prácticas, técnicas y “saber hacer” del historiador, sitúan o simulan situar al discurso historiográfico en esa aclamada y deseada meta que es la verdad y que me hizo pensar que podría enterarme de ésta última a través del estudio de la primera. Complicada tarea, tal cual sucedió a los historiadores Bouvard y Pécuchet deGustave Flaubert, que por distintos medios intentaron hallar como si fuera un objeto externo o un tesoro escondido, la verdad y realidad sobre lo antiguo. Difícil es pues la situación en la que entramos, en la que entro, al querer calzar en los zapatos de un historiador y enunciar, desde mi situación de estudiante, cómo éste se posiciona como tal.
La breve reseña leída sobre las peculiares ydesesperadas tareas que intentaron desarrollar los dos personajes de Flaubert para alcanzar el pasado, es ilustradora sobre el vínculo entre la realidad pasada y su aprehensión: desde la apropiación y acumulación de objetos antiguos, pasando por la exhaustividad en el saber para interpretar correctamente el pasado, hasta llegar a la decisión de componer ellos mismos la historia como una elección, seanuncian los escollos en los medios por los cuales se accede, o más bien se genera un lazo con una verdad del pasado. Desde que hemos entrado a estudiar historia, se nos habla de esta relatividad de las verdades históricas aparentemente no impugnadas, se hace hincapié en la movilidad de estos discursos y cómo ellos encarnan primeramente una visión del historiador. Visión del autor, que antesbien es gesto de un “querer hacer” que se mueve de manera incesante hacia un pasado desde ciertos supuestos los que definen al historiador como tal y no antropólogo, poeta, filósofo, ni sociólogo.
Así, quizás me sentí entonces como los historiadores Bouvard y Pecuchet, al entrar a esta Licenciatura. Intentando asir un pasado que pensé podría definir un lugar de verdad, se me fue desvistiendola historia y su objeto de estudio, trastocándose cada vez la realidad del pasado en un objeto inasible, huidizo. Y mi móvil inicial de entrada fue naufragando y cambiando, tal cual Bouvard y Pecuchet fueron derivando también hacia otros lados. La verdad pasada como cosa única entonces se imposibilita, y adquieren importancia como ya había mencionado, las maneras en que los historiadorestrabajan sobre los vestigios del pasado generando un discurso historiográfico específico con una funcionalidad social específica también.
Sujeto y objeto. Así es pues, como no se debe colocar al historiador y a la historia. Es lo que se nos han tratado de enseñar en los años que hemos estudiado por lo menos: el predominio de la mirada del sujeto que ve en el pasado. Pero cuáles son los...