La Lealtad
Pasaron los días. El sexto día se levantó el patíbulo y se anunció la ejecución del rehén para la mañanadel día siguiente. El rey preguntó por su estado de ánimo a los carceleros, y éstos respondieron:
--¡Oh, majestad! Está verdaderamente tranquilo. Ni por un momento ha dudado deque su amigo volverá.
El rey sonrió con escepticismo.
Llegó la noche del sexto día. La tranquilidad y la confianza del rehén resultaban asombrosas. De madrugada, el monarcaindagó sobre el rehén y el jefe de la prisión dijo:
--Ha cenado opíparamente, ha cantado y está extraordinariamente sereno.
No duda de que su amigo volverá.
—¡Pobre infeliz!-exclamó el monarca.
Llegó la hora prevista para la ejecución. Había comenzado a amanecer.
El rehén fue conducido hasta el patíbulo. Estaba relajado y sonriente.
El monarcase extrañó al comprobar la firmeza anímica del rehén. El verdugo le colocó la cuerda al cuello, pero él seguía sonriente y sereno. Justo cuando el rey iba a dar la orden para laejecución, se escucharon los cascos de un caballo. El insurrecto había regresado justo a tiempo. El rey, emocionado, concedió la libertad a ambos hombres....
De: Amy Sicler
Regístrate para leer el documento completo.