La lectura crítica
La escuela debe formar lectores cabales. Si no
conseguimos que al finalizar los diez años de educación
obligatoria un alumno pueda saber cuándo le están
mintiendo por escrito y cuándo le están diciendo la verdad,
hemos fallado, porque éstas son aptitudes centrales para la
vida de cada día.
Emilia Ferreiro (2003: en línea).
¿Podrá existir una verdadera democracia sin lectores críticos?
¿Seremos menos manipulables si somos capaces de captar las intenciones veladas que traen
los discursos?
Si partimos de la cita de Emilia Ferreiro y la relacionamos con el nivel de lectura de nuestros
bachilleres, podemos decir, con pequeñas excepciones, que nuestra escuela fracaso en la
formación de lectores críticos. Además, si leemos los foros que se generan a partir de las
noticias en los periódicos, especialmente en el periódico El Tiempo, podemos afirmar que el
problema es generalizado.
De acuerdo con Cassany (2006: 28) los escritos no tienen que decir explícitamente todo lo que
los lectores entendemos. No hay que decir quiénes somos, a quién escribimos, dónde estamos, cuándo, por qué. Sería el nunca acabar. Agrega: “La comunicación humana es inteligente y
funciona de manera económica y práctica; basta con decir una pequeña parte de lo que
queremos comunicar para que el interlocutor comprenda todo; con producir unas pocas
palabras –bien elegidas podemos conseguir que el lector infiera todo”. Si bien la cita nos ubica
en relación con un aspecto fundamental de la lectura: el aporte del lector, ya que el autor no
necesita darnos toda la información para que comprendamos los mensajes, tampoco podemos
ser tan ingenuos para compartir con Cassany que el lector comprende todo. Entonces, no
habría malentendidos. Además, la lectura crítica nos permite inferir aspectos de la lectura que
el autor no tiene la intención de comunicar, como lo veremos más adelante.
Retomando los significados ya trabajados, Cassany (2006: 52) nos dice que hay tres planos en
la lectura:
las líneas, entre las líneas y detrás de las líneas.
Comprender las líneas se refiere a
comprender el significado literal; entre las líneas indica lo que hay que deducir de las palabras,
o sea, lo que no se ha dicho explícitamente: las inferencias, las presuposiciones, la ironía, los
dobles sentidos; y lo que hay detrás de las líneas es la ideología, el punto de vista, la intención,
la argumentación del autor. Nosotros agregaríamos los elementos que aporta el lector desde su
contexto situacional, ideológico y cultural.
Si en los cuentos y en el discurso de García Márquez nos quedáramos en las líneas no
entenderíamos casi nada. Para su comprensión debemos escarbar entre las líneas e ir más
allá, hasta nuestra enciclopedia personal, nuestra ideología, que de alguna manera están
determinadas por nuestro entorno familiar y social, así como por el conjunto de experiencias que facilita o niega la escuela.
Desde otra perspectiva, según Cassany (2006: 86): El ACD (análisis crítico del discurso)
sostiene que el discurso no es neutro ni refleja la realidad de modo objetivo. Puesto que lo
produce un enunciador que vive en un lugar y un momento concreto. Por eso, lo que dice este
sujeto solo puede reflejar la percepción que él tiene de la realidad. Puesto que su visión de la
realidad está determinada por sus intereses, sus valores y actitudes, ya que los discursos
reflejan el orden social establecido, las relaciones de dominación, las injusticias y las
opresiones. Por ello, leer críticamente significa identificar estos aspectos y poder confrontarlos ...
Regístrate para leer el documento completo.