la lengua tik
La lengua tik
Carlos Lenkersdoft
Para ellos, nuestras historias son mitos,
nuestras doctrinas son leyendas,
nuestra ciencia es magia,
nuestras creencias son supersticiones,
nuestro arte es artesania,
nuestros juegos, danzas y vestidos son folklore,
nuestro gobierno es anarquía,
nuestra lengua es dialecto,
nuestro amor es pecado y bajeza,
nuestro andar es arrastrarse,nuestro tamaño es pequeño,
nuestro fisico es feo,
nuestro modo es incomprensible
SUBCOMANDANTE MARCOS
Milpa Alta, D.F. 9 de marzo de 2001
Agregamos nosotros:
Para ellos, Nuestro filosofar no lo hay
El verano de 1972 nos invitaron a visitar algunos de los pueblos mayas en los
Altos de Chiapas. Estuvimos en camino al poblado tzeltal de Bachajón, al norte de
Ocasingo, la primera parada ennuestro viaje. Todavía de noche, salimos de San
Cristóbal en uno de los autobuses Lacandonia, línea de autobuses conocida por los
viajeros en esas partes. Al amanecer, admiramos el terreno quebrado chiapaneco. El
vehículo subía y bajaba por un camino sinuoso de terracería. En los poblados salían
y entraban del camión mujeres y hombres con sus cargas de pollos, puercos, maíz y
frijol. Sobre todolas mujeres vestían ropa típica de los pueblos mayas que viven a lo
largo del camino.
Aproximadamente al medio día llegamos a Bachajón. Allí trabaja hasta el día
de hoy un equipo de Jesuitas a cuya casa nos dirigimos según el encargo recibido.
En la puerta nos encontramos con un hombre que se presentó como uno de los
padres del equipo. Vestía pantalón de mezclilla y camiseta. No tenía tiempopara
escuchar con detalle la razón de nuestra visita. Nos explicaba. "Estamos en medio de
una asamblea de los tzeltales. Sígueme y siéntate en la reunión, y platicamos más
tarde."
Sentados en la última fila, nos sentíamos algo fuera de lugar por encontrarnos
en un ambiente extraño. La razón de nuestra reacción era obvia. Presenciábamos un
diálogo animado en el cual participaba todo el grupode unas cuarenta o cincuenta
personas y no entendíamos ni una sola palabra. Eran tzeltales y, por supuesto,
hablaban en su lengua, no relacionada con ninguno de los idiomas que durante años
de estudios en escuelas y universidades nos enseñaron. El habla antifonal e
ininterrumpida, intercambio de ideas de mujeres y hombres, no nos daba tiempo
para fijarnos en detalles que pusieran demanifiesto la particularidad de la gente
reunida. No se nos grababa nada extraordinario de la fisonomía o la ropa de los
hablantes. Seguramente los asambleístas vestían pantalones y camisas, faldas y
blusas. Es probable que las mujeres usaran blusas bordadas de su traje típico, pero
nada nos impresionó tanto, como el diálogo tan vivaz en un idioma del cual no
entendíamos nada. Pero, justamente,fueron los sonidos extraños de ese diálogo los
que nos cautivaron, y no las impresiones visuales. Participaban todos, y no había un
orador que desarrollara un tema específico ante el cual reaccionara la gente. Al
parecer, todos y cada uno querían dar su aporte, su opinión sobre uno o varios
problemas desconocidos por parte nuestra.
A nosotros, aunque no entendíamos nada, la plática grupal nosatraía e
intrigaba a tal grado que nos inhibía de fijarnos en cualquier otro asunto. Se estaban
grabando huellas en la mente que no se han borrado en el curso de los años. En la
plática no entendida escuchábamos constantemente y con insistencia repetitiva una
sílaba o palabra que cada uno de los hablantes empleaba sin cesar. Fíjense y
escuchen bien, porque ahí vienen: lalalatik, -lalalatik,-lalalatik, con la voz
ascendente y el acento en la última sílaba.
Comenzaba nuestra inquietud y nos preguntábamos, ¿qué puede significar ese
-tik, -tik, -tik? No lo sabíamos y en el momento de la asamblea no podíamos
preguntar a nadie. De todos modos, debía ser algo de mucha importancia para los
tzeltales reunidos. ¿Por cuál razón se producía la reiteración? Tenía que haber algún
motivo...
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