La letra chica de lavín

Bien es conocida la beca promocionada y echada a andar desde este año por el Ministro de Educación Joaquín Lavín, “Vocación del profesor”, que sacó muchos aplausos y aprobación general por denotarinterés de parte de nuestro nuevo gobierno por mejorar la calidad de la educación.

Pero hace pocos días me encontré con la sorpresa de que tal beca, a pesar de todos los beneficios que entrega aquienes decidieron estudiar pedagogía teniendo buenos, o aceptables puntajes en la PSU, no es tan maravillosa como todos creíamos.

Resulta que quienes acceden al beneficio, deben cumplir con ciertasobligaciones, no advertidas públicamente, y por tanto, ignoradas hasta el momento de ya haber postulado y aceptado la ayuda.

En la página web de la beca sólo se especifica como compromiso delestudiante: “Obtener el título profesional”. Pero, en primer lugar, la beca no es compatible con ninguna otra otorgada por el Estado (cláusula quizás razonablemente aceptable, hasta el momento…). En segundolugar, para mantenerla es necesario aprobar el 60% de los ramos de primer año; no cumpliendo con tal requerimiento, esta se pierde. Además se debe mantener cierto promedio para continuarla (eninternet se habla de 5.0, pero los mechones beneficiados no saben a ciencia cierta sobre este punto, la información al respecto es muy difusa). Y por último, si alguno de estos requisitos se falta, se pierdeel beneficio teniendo que pagar “al chin chin”.

Por lo tanto, la famosa beca, no es beca, sino un crédito con compromiso de beca si es que se termina la carrera. Si un alumno no cumple lasobligaciones o si decide retirarse a una carrera no pedagógica, no pierde simplemente el beneficio, quedando sin ninguna deuda -como siempre ha sido con lo que corresponde a estos beneficios sociales, que sesupone son iguales a un "regalo", sino que debe pagar todo lo que se le "regaló” el tiempo estudiado.

Estas condiciones son poco criteriosas y, lógicamente, contraproducentes, ya que bien es...