la ley

LA LEY
DIRECTOR: JORGE HORACIO ALTERINI
AÑO LXXVI N° 149

BUENOS AIRES, REPUBLICA ARGENTINA

INCLUYE

SUPLEMENTO academia
nacional de derecho
y ciencias sociales
y

SUPLEMENTO DE DERECHO
CONSTITUCIONAL

Jueves 9 de agosto de 2012

ISSN 0024-1636

futuro del derecho concursal
Por Héctor Osvaldo Chomer

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Los problemas que se presentan
por la demora en la realización debienes afectan, por sobre todo, a
los acreedores pequeños o de escasos recursos (laborales incluidos).
Ellos serán los que abandonarán
el control del proceso y, probablemente, perderán la posibilidad de
cobro.
I. Introducción
1. La justicia se encuentra desbordada, los jueces agobiados y la ciudadanía desesperanzada.
Nada peor puede aguardar un sistema judicial ni padecer una República.
Eldescrédito de sus instituciones, de sus
leyes, en lo inmediato lleva, si no a la anarquía,
por lo menos a la inopia de sus habitantes y a
un futuro de sombras nada venturoso.
Ese es el panorama de expectativas que depara la legislación concursal.
Sea porque cotidianamente se descree del
sistema judicial o sea porque no se confía en la
eficacia de la legislación actual, por uno u otroaspecto, lo cierto es que los créditos permanecen perdurablemente desatendidos y las quejas
cada día aumentan.
Basta notar que en las quiebras muchos
acreedores abandonan la persecución de cobro, porque sienten que irremediablemente
será en vano gastar sus esfuerzos en búsqueda
de migajas pagaderas en tiempos bíblicos.
La mayoría de las quiebras declaradas concluye por falta de activo, (1) locual, aun cuando
ello no necesariamente es responsabilidad del
sistema judicial, proyecta más dudas sobre el

SUMARIO: I. Introducción.- II. El principio y el fin.- III. El pronto pago.- IV. El
concursamiento de personas físicas.- V. Los privilegios y el llamado “acreedor involuntario” VI. Acciones de responsabilidad, recomposición e ineficacias.- VII. La
.demorada realización, la tardíadistribución y consiguiente caducidad del dividendo
concursal.- VIII. Conclusión.

servicio de justicia en cuanto permite abrir un
proceso previsiblemente estéril que se cerrará
sin resultado útil. (2)

(que no es poca) y que, traspasado ese límite,
quedaremos expuestos a previsibles yerros e
ineludibles desatenciones.

En las quiebras, por diferentes motivos, se
demora la realización quepermita una rápida
distribución y, en casos, eso provoca la caducidad del dividendo olvidado o resignado por
quien ya no mantiene interés en su cobro o, lo
que es peor, ni siquiera se ha enterado de que
tal se encuentra a su disposición.

La solución al problema no es más colaboradores para concentrar toda la labor de
aquellos en un solo sujeto (el magistrado)
que tenga un unitario (ysolitario) poder de
decisión.

Los acreedores laborales que supuestamente
son declaradamente sujetos protegidos por las
sucesivas reformas, casi nunca cobran pronto y
menos rápidamente sus créditos alimentarios
y ven postergadas sus esperanzas y sacrificadas sus existencias a costa de que el paraguas
concursal mantenga la actividad empresaria,
invocándose hipócritamente que ello es en
beneficiode aquellos mismos trabajadores
condenados a la miseria.
Tal es el negro panorama que percibe la
ciudadanía y hasta algunos pocos pero lúcidos
operadores jurídicos en cuanto concierne a los
procesos concursales.
2. Algunos propondrán aumentar la dotación
de empleados, sin comprender que un juez
puede contar con enorme ayuda, de hecho yo
mismo debo agradecer la constante colaboración delos funcionarios y empleados que me
asisten en mi labor jurisdiccional, pues sin tal
sería imposible obtener los logros alcanzados,
mas es ilusorio suponer que una sola cabeza
pueda absorber más tareas.
Con esto quiero significar que los jueces
comerciales están al límite de su capacidad

En todo caso, necesitamos más juzgados.
¿Cuántos? Muchos más, acaso el doble de los
hoy existentes....